El adios a un Chamaco que la hizo en grande. Homenaje a Xavier "Chamaco" Valaguez
Por: José PUMA
En punto de la 7 de la noche arranco la función-homenaje al ídolo morelense Xavier “Chamaco” Valaguez. La arena Isabel (Cuernavaca, Morelos) estaba a reventar, uno a uno llegaban los luchadores, enmascarados a los vestidores, interceptados por los niños fans, niños que encuentran en ellos un héroe, un ejemplo y a veces un espejo, pues mientras no hay lucha, los infantes toman el ring para hacerlo suyo, con intentos de llaves, lances y fallidas batallas entre ellos, hacen en un colectivo imaginario una función de lucha libre. No es posible ir a una arena (la que sea) sin deleitarse con el menú de situaciones que ahí se dan. La voluptuosa que llega de la mano del galán, aquella que le chiflan y gritan –mamacita-, -quiero-, -merezco- o –prestas-. La abuelita que se involucra con la escena del técnico vapuleado por el sanguinario rudo, que explota su furia en el maltrecho cuerpo del gladiador tirado, es ahí cuando la anciana toma parte de la lucha y a bastonazos decide hacer justicia al técnico. El niño que grita desesperado que dejen a su luchador estrella, a quien le pide tome fuerzas para poner en su lugar al oponente. La madre de familia que se cansa de gritar – ¡cállate pendejo!- al alzado rudo que se mete con la porra. Los compadres que llegan a la arena y a modo de terapia gritan majaderías al réferi, quien en una de esas les contesta. El publico de tribunas que avienta envases de botellas vacios, huesos de pollo y basura de botana. El fotógrafo Amaro, bonachón colega que no pierde ni un detalle de lo que pasa en el cuadrilátero. Las señoras de las tortas, dos mujeres que nacieron en la arena, hijas de la señora encargada del negocio de comida y qué función a función nutren a la afición que sus deliciosas tortas de jamón.
Esto es la arena Isabel, el ambiente de la función de lucha que pudo vestir del modo más elegante el último encuentro de Don Xavier Prado Valaguez. Un hombre feliz, gozoso con lo que logra, pleno en lo que hace. El 15 de marzo llego a su fin una carrera de 33 años, reconocida por propios y extraños, de muchos reconocimientos, aplausos y cariño. Valaguez, ídolo no por tradición, si no por convicción, porque es hombre de bien, que se levanta temprano para atender su carnicería, dedica la tarde a la enseñanza de la lucha libre. Se retiro, ya no habrá más su nombre en los programas de lucha, ni su figura embistiendo al más sucio de los rudos.
Varios reconocimientos le fueron entregados. El locutor anunciante de las figuras que arriban al cuadrilátero, nombro uno a uno los logros de Valaguez en este difícil campo de la lucha, se tardo bastante. Una vez en el ring, el Chamaco fue ovacionado, festejado y reconocido por distintos compañeros, alumnos, amigos, fans y niños quienes pueden tener unos padres tranquilos al saber que don Xavier es su ejemplo. Entre los que reconocieron la trayectoria del señor, se encontraba el también leyenda “Ráfaga” Moreno, otro grande de la lucha y orgullo morelense. El ayuntamiento de Jiutepec dio también su reconocimiento, explicando que no es ídolo de Cuernavaca, es ídolo de Morelos, es un profeta en su tierra.
Don Xavier, le agradecemos momentos tan memorables en la lucha libre surgida en Morelos, agradecemos ser ejemplo, de buen ciudadano y una profesional en lo que hace, llamase carnicería o lucha libre. En hora buena por su retiro señor Valaguez.
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