Escribirle al amor resultaba ya choteado lo hizo Shakespeare con Julieta, Jorge Isaac con Maria, García Márquez con la Nena e Isabel Allende con Tita, en la música no se salvan; Bethoven con Elisa y Milanes con Yolanda. Así que dadas las circunstancias, y con la inspiración en otro lado tome papel y lápiz y comencé un cuento inesperado. Una historia de ficción que aflorara mis ideas, imprimí algo de terror para hacer la historia buena, escarbe en el surrealismo y debrayé demasiado, regrese al romanticismo con Allan Poe de mi lado. No sabia si de vaqueros o astronautas en apuros, de casonas embrujadas o saCERDOTES impuros, de niños alegres jugando o animales que hablaran, de gente en conflictos sociales o solo describir tu cara; esa cara tan hermosa que comienza con tu frente, perfecta como tú e ideal para besar cada vez que dejo de verte. Más abajo tus ojitos; dos irradiantes faros que no deslumbran ni un poquito, que me dejan ver tu alma, sencillez y bondad, que me hacen verte otra vez y volverme a enamorar. Tus pestañas, tus cejas son detalles que engalanan esas dos puertas al cielo que Dios puso en tu cara. Tu nariz es perfecta y sus fosas también lo son, oxigenan bien tu cuerpo, ay que oír tu corazón. De todo tu hermoso rostro deje al final tu boca, por ser el punto de encuentro en el que mi amor madura, me desquicio por momentos y luego viene la cordura. Tus labios en los míos hacen perfecta sintonía, suaves, delicados y yo bebiendo tu saliva. Tú me muerdes, yo te muerdo al compás de nuestros besos, y succionas tú mi lengua, haciéndome tuyo completo. Estoy dispuesto a seguir con el ensamble de besos, dejándonos llevar sin importar los excesos. Estoy dispuesto también a no cesar aquí, estoy dispuesto a todo; estoy dispuesto a ti.
EZM (2007)
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