Soldado Anónimo
No pienso, no escucho, no siento, no puedo ver más que la pólvora y tierra cubrir mis ojos. Mis oídos inundados de sangre tan sólo escuchan las balas y las explosiones como zumbidos tenues. Estoy solo, abandonado y derrotado en algún lugar remoto, lejos de casa, en algún sitio donde la lluvia parece no terminar, donde el frío incrementa conforme el agua comienza a colarse por todo mi uniforme, no encuentro algo de lo que pueda aferrarme, la esperanza comienza a desvanecerse.
Llevó tres días en esta trinchera, éramos un comando de doce militares. En unos días la guerra terminará y regresaremos a casa, regresaremos en tumbas aladas, en cuerpos inanimados. Estamos muertos de tristeza y desolación. Al llegar a nuestro país nuestro dolor se quedara por siempre en esta selva tropical y nada será lo mismo, ni el mundo, ni nosotros, pero si lo será la guerra que está por venir.
Llevó tres días en esta trinchera, éramos un comando de doce militares. En unos días la guerra terminará y regresaremos a casa, regresaremos en tumbas aladas, en cuerpos inanimados. Estamos muertos de tristeza y desolación. Al llegar a nuestro país nuestro dolor se quedara por siempre en esta selva tropical y nada será lo mismo, ni el mundo, ni nosotros, pero si lo será la guerra que está por venir.
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