Alison Mosshart:
Entre la chispa adecuada y el duro oficio de dejarse idolatrar.
A ojos puristas, la última gran edad de las diosas rockeras empezó con PJ Harvey, evolucionó con Shirley Manson y acabó por extinguirse con el reconocimiento que el álbum The Greatest consolidó para Charleen Marie Marshall y su banda Cat Power. Suena lógico y aceptable. Pues sin olvidar nombres quizá más modestos en popularidad; pero que hicieron lo suyo en el ínterin; podría decirse que no hay más divas para el rock. No por lo menos para el mainstream, que al fin y al cabo tiene la última palabra cuando a historia musical se refiere.
Pero de pronto; aprovechando el renovado furor alternativo por Nashville, Tenneessee - legendaria capital del country y el rock campirano- y azuzado por una excéntrica casa productora (Third Man Studios) y un trío de exquisitos de vanguardia; es que aparece un álbum con el que vendría a anunciarse el advenimiento de una joven y jicamosa nueva diva, nacida en la república del indi y coronada el mainstream rockero y sus alrededores.
Pero de pronto; aprovechando el renovado furor alternativo por Nashville, Tenneessee - legendaria capital del country y el rock campirano- y azuzado por una excéntrica casa productora (Third Man Studios) y un trío de exquisitos de vanguardia; es que aparece un álbum con el que vendría a anunciarse el advenimiento de una joven y jicamosa nueva diva, nacida en la república del indi y coronada el mainstream rockero y sus alrededores.
Los responsables del alboroto son en paquete; Jack White de The White Stripes, Jack Lawrence de the Raconteurs y Dean Fertita de The Queens of the Stone Age. La superbanda es The Dead Weather. El álbum, su debut Horehound y la diva Alison Mosshart; la abeja reina del combo que consuela a los clavados que siguen añorando los rutilantes nombres de Siouxsie Sioux, Patti Smith, Debbie Harry o Pat Benatar. La escuálida muchachita punk que se convulsiona entre los ecos de Chrissy Hynde y PJ Harvey, y se regocija en toda clase de excesos y manías; incluso vocales.
Conocida en sus inicios como VV; Alison Nicole Mosshart, formaría su primera banda a los catorce años en su natal florida. Hoy, a los casi treinta (23 de noviembre de 1979) esta nena de aire british chamagoso y nombre de rock star, se consolida como una contradicción de proporciones épicas cuya portentosa presencia escénica de a poco se vuelve eje de un jugoso mito emergente.
Por un lado, sus detractores la llaman zorra desaliñada. Por otro, Interview Magazine publica una serie de fotografías donde se la ve posar en alta costura francesa. Por un lado se lía a golpes en un videoclip (y en la vida real, dicen) con su bandmate y por otro, despliega todo el sencillo encanto de chica alternativa común y corriente en su última entrevista. pero la mayor contradicción es sin duda que muchos están convencidos de que hace algún tiempo, al lado de Jamie Hince -a quien conoció en Londres- y the Kills; el proyecto que la sacó del anonimato; se dedicaba más a hacer música que a posar. Al tiempo, el resto asegura que Jack White acabó por ponerle el toque noise que la ha catapultado de su antiguo y más bien discreto carácter de doncella indi, a su actual y mágica figura de sirena esquizoide.
Y es que con los mismos pantalones de denin negro y la blusa raída color gris rata que les hace juego; a la Mosshart difícilmente se la ignora. Más aun si uno levanta el copete y encuentra a una recién estrenada treintañera con cara de niña buena y bonita. Y si uno comprueba de primera mano el porqué esa voz -que para nada es tan sucia como parece o se empeña en hacer parecer- sigue intrigando hasta a los más duros de pelar.
Al fin y al cabo, el asunto es que sin mayor empacho la industria la ha recibido con los brazos abiertos; y encantada, se ha dedicado a apapacharla con toda la buena mala fama que merecida o no, la prensa ensalza a gusto todos los días. Eso junto a sus videos donde dispara, patea o muerde; sus cabellos negros eternamente empapados de sudor y empegotados en el rostro, y su bailecito estilo ataque epiléptico muy a lo Iggy Pop; Alison Mosshart construye una leyenda de la que probablemente nunca sabremos verdades. Mucho menos si la protagonista en cuestión advirtió alguna vez que propiciaba una leyenda.
Lo cierto es que la experiencia la tiene. La chispa ni se diga. Lo cierto es que toca y compone. También que sabe como cantar. Tanto como sabe que se ha echado uno que otro palomazo con orquesta sinfónica; o que imprime el toque justo de elegancia guarra a Horehound con sus vocales en Will be there enough water y particularmente en So far from your weapon. Tanto como que ahora si que sabe muy bien de la artillería pesada con la que carga y que aún no acabado de descubrir en ella a la verdadera diva que pudiera ser.
Mientras, sin apuro, prende en el escenario lo mismo en el viejo continente que el antiguo Salón 21 de la cuidad de México. Fuma como locomotora; se va de juerga con Kate Moss y vive y muere por The Velvet Underground y el Ice Cream for Crowby de Captain Beefheart. Y uno puede desdeñarla en plan de crítico objetivo e imperturbable. Y guardar en el Ipod; naturalmente escondidas de nuestros cautivos; su último álbum. Y su fotografía entre las de la Smith y la Hynde. Y ella podrá seguir siendo la misma contradicción. O afirmarse como la diosa que es de nacimiento. Todo es parte del duro oficio de dejarse idolatrar.
Lo cierto es que la experiencia la tiene. La chispa ni se diga. Lo cierto es que toca y compone. También que sabe como cantar. Tanto como sabe que se ha echado uno que otro palomazo con orquesta sinfónica; o que imprime el toque justo de elegancia guarra a Horehound con sus vocales en Will be there enough water y particularmente en So far from your weapon. Tanto como que ahora si que sabe muy bien de la artillería pesada con la que carga y que aún no acabado de descubrir en ella a la verdadera diva que pudiera ser.
Mientras, sin apuro, prende en el escenario lo mismo en el viejo continente que el antiguo Salón 21 de la cuidad de México. Fuma como locomotora; se va de juerga con Kate Moss y vive y muere por The Velvet Underground y el Ice Cream for Crowby de Captain Beefheart. Y uno puede desdeñarla en plan de crítico objetivo e imperturbable. Y guardar en el Ipod; naturalmente escondidas de nuestros cautivos; su último álbum. Y su fotografía entre las de la Smith y la Hynde. Y ella podrá seguir siendo la misma contradicción. O afirmarse como la diosa que es de nacimiento. Todo es parte del duro oficio de dejarse idolatrar.
Discografía
Con The Kills:
Keep on your mean Side (2003)
No wow (2005)
Midnight boom (2008)
Con The Kills:
Keep on your mean Side (2003)
No wow (2005)
Midnight boom (2008)
Con the Dead Weather:
Horehound (2009)
Horehound (2009)
Por Palomita Rodriguez*
Fotografías utilizadas sin fines de lucro.
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