Un mexicano ejemplar...
Jesús León Santos, campesino indígena de 42 años de edad. Hoy, un honroso paisano que lleva 25 años dedicado a la reforestación en su natal Oaxaca, este hecho le ha valido el Premio Ambiental Goldman. Esta presea, fue establecida en 1990 por dos desprendidos filántropos y activistas cívicos de origen gringo; Richard N. Goldman y su esposa Rhoda H. Goldman. El premio consiste en una dotación de 150.000 dólares, con la idea de seguir subsidiando el proyecto ganador. Este reconocimiento se entrega cada año, en el mes de abril, en la ciudad de San Francisco, California (Estados Unidos). Hasta ahora ha sido otorgado a 126 defensores del medioambiente de 72 países.
Jesús León Santos logra ser acreedor al premio, cuando a sus 18 años, decide cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la "tierra del sol". Su contexto era triste, desolado, y aparentemente infértil. Encontrar agua, era el resultado de largas caminatas e interminables yermos incapaces de brindar la leña que haría cocinar los alimentos, ningún joven resistía vivir ahí por mas de 20 años de edad, todos emigraban convirtiendo esta sociedad en una antesala a la muerte. Pero el buen Jesús y un grupo de comuneros hartos de la situación, llevaron a cabo el plan de reforestar las tierras a modo de convertir este desgraciado paisaje, en una zona arbolada y de cultivo. La fe en ellos se dejo venir, con técnicas agrícolas precolombinas enseñadas por unos indígenas guatemaltecos, estas tierra cambiaron el panorama a lo largo de 25 años.
Una vez reuniendo 400 familias de 12 municipios, Jesús creó el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (Cedicam), ahora, con escasos recursos económicos, comenzaron su lucha contra la erosión. A pico y pala cavaron zanjas capaces de retener el agua de las pocas lluvias, sembraron árboles en pequeños viveros, trajeron abono y plantaron barreras vivas para impedir la tierra fértil se despresará. Una vez hecho esto, plantaron un promedio de cuatro millones de árboles, estas especies con características especiales, dadas las circunstancias de lugar.
Mas tarde, y con el proyecto avanzando poco a poco, desarrollaron un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin uso de pesticidas, dado el rescate y conservación de las semillas nativas del maíz, cereal originario de esta región, sembraron variedad muy propia de la zona. Hoy a 25 años, el lugar es otro, hoy la Mixteca alta esta restaurada, ha vuelto a reverdecer, han surgido manantiales con más agua. Hay árboles y alimentos. Y la gente ya no emigra.
Un ejemplo vivo, digno de imitarse; él es Jesús León, es indígena, es oaxaqueño, es mexicano, y no emigro. En hora buena a su familia, en hora buena a la gente en la Mixteca alta. Gracias Jesús por tu ejemplo, que deseamos repetirte desde nuestra trinchera.
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