Desde la ventana puedo ver al señor Smith; sentado en su sillón mirando la televisión, absorto en sus pensamientos. La mayor parte del tiempo el televisor no esta prendido sin embargo, él lo mira y llora en silencio. Mi padre dice que luchó en la guerra del Golfo Pérsico. Imagino sufrió mucho, tiene cicatrices en la cara y una expresión de dolor que me produce imaginar miles de escenarios del señor Smith como prisionero de guerra. Por las noches lo escuchamos gritar, mi madre dice que padece de sueños y cuando eso sucede por las mañanas mi madre le obsequia galletas. Ahora mismo lo observo. Pienso qué verá en aquella pantalla apagada. La mira con tanta atención que parece esperar algún llamado de ella. De pronto me mira, su mirada fulminante me deja helado. Su sufrimiento acaba cuando ágilmente a pesar de su notorio estado de embriaguez saca una pistola y apuntando a su cien dispara. Lo pude ver todo desde la ventana.
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