A la patria tricolor mexiquense así como a La Wacha, le han dado sus fregadazos; ha soportado los malestares de varias devaluaciones, guerras, discriminaciones, secuestros, robos, antidemocracia y un sin fin de anomalías a multinivel. Pero aquí sigue, luchando por creer en un porvenir con luz de justicia, de respeto, tolerancia, calidad de vida en todos sus sentidos y lucha por no perder la fe, la esperanza, porque sólo se ha visto hundida en este mar de situaciones caducas.

Entonces La Wacha igualmente como esta patria quiere formar parte de la poca calidad que queda en su pelotón, esa calidad llena de talento visual, escrito, cantor o relator; porque ella no se conforma con los pocos centavos que recibe de educación, no se conforma con ser jodida pero feliz, sino que busca su existir, su razón, su lugar, su sentido y su actuar dentro de esta oleada racial. Por eso mismo festejemos el nacimiento de esta La Wacha, que nos dará refugio racional.

Conozcámosla, amémosla, entendámosla, sigámosla y vayamos de la mano junto con la foto de Estakita, tarareando al compás de la música de plastilina, coloreando la pupila con Los chiquitales, comprendiendo el escrito de El azote, y washawasheando con El Zoot Suiter…

Bien La Wacha, nace, crece, reprodúcete, pero jamás mueras…