Adoro
Adoro ver videoclips en vez del noticiero;
dormir hasta tarde
aunque no me peine para ir al trabajo
y leer revistas basura
en vez de la Jornada Morelos.
Adoro besar la nariz del perro
aunque coja la tifo
y coger sin previo aviso.
Adoro a los posers
de las películas de Tarantino,
a Sharon Stone cuando no lleva calzones,
a las rumberas Ávilacamachistas
y a las ficheras Lopezportillistas.
Adoro fumar,
siempre y cuando halla bebida de por medio
y cuando le digo a todo mundo
que me caga la cerveza y sobre todo la Indio.
Adoro masticar chicle
hasta que me arda la muela de aquí
y el pelo teñido de las chicas de Vadim.
Adoro fingir que no adoro el lustre de los billetes
recién puestos en circulación,
el Midnight Posion con todo y comercial
y la chamarra pirata de U2
que me llevé un día de tu cantón.
Adoro hacer playblack con el estéreo
y cosplay de tendedero
con escotazo que gusto fisgonear en el espejo.
Adoro el mar lo más azul posible,
el cielo negro de preferencia,
la cara marfil con maquillaje indeleble
y la mente roja hasta las ultimas consecuencias.
Adoro a Eddie Moran, Tori Amos
y Aimeé Mann en la depresión,
a Hole y a la Alicia Encadenada en tiempos de explosión,
a Madonna cuando iba en secundaria
y a Eleni Mandell de universitaria.
Adoro a Blonde Redhead en tiempos muertos,
a Otep Shamaya en los de aburrimiento
y al doompowergothicfuneralbleedingdeathmetal
en tiempos muertos de aburrimiento.
Adoro a Calexico y al son cubano
al ir madurando (o dando el viejazo),
a los alternativos, al grunge y a Chuck Berry
cuando estoy posando
y vuelvo a Moran, la Amos y la Mann al ir tropezando.
Adoro a Billy Corgan con el esfínter relajado
y a James Hetfield con barba de malandro;
a Siouxsie Sioux con su eterno cutis de culo de bebé,
a Rita Guerrero con sus azotes donde da sangre a beber,
a Leticia Servín que no deja de sorprender,
al anime que no acabo de entender
y al girlpower que no acabo por admitir.
Adoro al jefe Zapata, a Eva perón y a Indira Ghandi,
Adoro al jefe Zapata, a Eva perón y a Indira Ghandi,
a los que pelean por causas perdidas,
a los que creen que el mundo es un desmadre sin salida
y ahora que me doy cuenta,
adoro a Cuernavaca
con todo y que apesta.
Adoro a quienes creen en mí,
en el hoy, el ayer y el para siempre
y a los que no creerán en mí
hasta que esté en condiciones de soltarles el varo;
a los que pudieron creer pero se han muerto,
se han ido o se han olvidado
que de mi lado hubieron estado
y adoro a Shirley Manson pelirroja, hermosa
e inventándose las líneas de arriba
que me vienen como anillo al dedo
y que iba a poner más abajo.
Adoro lo mucho que me molestan
los niños latosos, la clase política,
la burguesía folklorista y los medios de comunicación.
Adoro haber estudiado comunicación
en una escuela patito de la cuidad
y saber que debí estudiar veterinaria
en un tecnológico de mi vieja comunidad.
Adoro la primera vez que vi una película,
la ultima vez que escuche una canción
que de la cabeza no me salía
y cada vez que el gatito
me mira con esa tierna carita.
Adoro mis pretensiones mamilas
Adoro mis pretensiones mamilas
de hacer rimar este pinche texto basura
para que me crean poeta,
metalera, feminista o zapatista;
adoro escribir cosas como estas
aunque no tenga ni para pagar la renta;
desvariar y pensar que tengo 8 o 45 en lugar de 22
y creerme que merezco algo más
que un cuchitril con paredes húmedas
y puertas que no cierran.
Adoro querer hacer
lo que me parece imposible,
al gatito y a mi familia;
chiquita pero más que completa;
al éxito que no llega
y a los libros de cabecera.
Por Palomita Rodriguez W.
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