Por:
Carlos Eduardo Díaz
31.- J-ok’el (2007), de Benjamin Williams. Un estadounidense viaja a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, para investigar la desaparición de su hermana, atribuida a La Llorona.
32.- Cañitas. Presencia (2007), de Julio César Estrada. Basada en el libro homónimo de Carlos Trejo, sobre lo que supuestamente sucedió en una casa de la ciudad de México después de jugar con una ouija.
Carlos Eduardo Díaz
31.- J-ok’el (2007), de Benjamin Williams. Un estadounidense viaja a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, para investigar la desaparición de su hermana, atribuida a La Llorona.
32.- Cañitas. Presencia (2007), de Julio César Estrada. Basada en el libro homónimo de Carlos Trejo, sobre lo que supuestamente sucedió en una casa de la ciudad de México después de jugar con una ouija.
33.- Fe, esperanza y caridad (1972), de Alberto Alcoriza, Luis Bojorquez y Jorge Fons. Tres historias, tres tramas impactantes. Un espectáculo circense cuya mayor atracción es un hombre crucificado; una anciana provoca por placer el asesinato de un niño; una terrible escena de violación múltiple que comienza como una comedia y termina como algo fatal.
34.- La Llorona (1931 o 1933), de Ramón Peón. Cinta que dio origen al cine fantástico y de horror en México. Un drama basado en la centenaria leyenda.
35.- El fantasma del convento (1934), de Fernando de Fuentes. Dos hombres y una mujer se extravían de noche. Un desconocido les informa que pueden refugiarse en un convento cercano, donde habitan los monjes de la Orden del Silencio. Lo que les espera nunca lo olvidarán.
36.- El misterio del Rostro Pálido (1935), de Juan Bustillo Oro. Experimento de cine expresionista revalorada en nuestro tiempo a causa de su elaborada trama sobrenatural.
37.- Nostradamus (1937), de Juan Bustillo Oro. Adaptación de la novela de Michel Zevaco sobre el enigmático vidente.
38.- Angeluz (1997 o 1998), de Leopoldo Laborde. Un adolescente pertenece a una raza animal, extinguida en la Edad Media al confundirla con demonios.
39.- Las lloronas (2004), de Lorena Villarreal. Tres generaciones de una familia son maldecidas: todos los hombres mueren a temprana edad para dejar solas a sus mujeres.
Por:
Carlos Eduardo Díaz
28.- El sacristán del diablo (1992), de Jorge Luke. Una criatura venida del infierno persigue y asesina a sus víctimas.
Carlos Eduardo Díaz
21.- 100 gritos de terror (1965), de Ramón Obón. Dos historias: Pánico y Miedo supremo. En la primera, un hombre decide asesinar a su esposa mediante sustos; en la segunda, un doctor queda encerrado en una cripta donde está sepultada una mujer recién fallecida, que despierta entre gritos de horror.
22.- Santo contra las lobas (1972), de Rubén Galindo. Una bien lograda película de género, donde el luchador se enfrenta a un culto satánico en el que todos sus integrantes son licántropos.
23.- Santo contra las mujeres vampiro (1962), de Alfonso Corona Blake. Santo debe proteger a una joven asediada por una secta de vampiros, que desea realizar con ella un ritual sangriento.
24.- El baúl macabro (1936), de Miguel Zacarías. El doctor Maximiliano Renán captura a hermosas mujeres para desmembrarlas y con sus partes intentar salvar a su esposa, aquejada de una mortal enfermedad.
25.- La maldición de Nostradamus, Nostradamus y el destructor de monstruos, Nostradamus y el genio de las tinieblas, La sangre de Nostradamus (1959), de Federico Curiel. Se trata de una serie de películas que originalmente fueron doce episodios. Todas tienen al mismo personaje: un vampiro encarnado magistralmente por Germán Robles, quien fuera el Conde Lavud.
28.- El sacristán del diablo (1992), de Jorge Luke. Una criatura venida del infierno persigue y asesina a sus víctimas.
29.- Muñecos infernales (1960), de Benito Alazraqui. A raíz de una ceremonia vudú, unos hombres son maldecidos y después comienzan a morir.
30.- Doctor Satán (1966), de Miguel Morayta. Un médico que practica el satanismo comienza a crear una nueva raza de zombis.
Por La Musa Electrónica*.
Este artículo no contiene spoilers.
A Marc lo espían desde la tapia. Salva sea la hora cuando uno piense en otra cosa que no sean mirones perversos. Su mujer vuelve cada noche sin intención de quedarse. Ni siquiera tras divertirse un rato rebanando una pierna de cordero a fuerza de cuchillo eléctrico. Será que nada bueno sucede en habitaciones con demasiado azul. Como tampoco en las mentes que van y vienen por aceras desconocidas.
En plena década de los ochenta; haciéndose lugar entre una turba de sicópatas enmascarados y cadáveres reanimados; Andrzej Zulawski, polaco y prócer de la escuela francesa; concede la venia al género más incomprendido y desairado de la industria.
Tomando riegos y aprovechando eso kinky que a otros autores no les sirve ni para maldita la cosa, a este laborioso cineasta yerno de Marcel Marceau, cuando menos le encamina los pasos al salón de la fama del culto cinéfilo; y cuando más, lo confirma como el auténtico artista nunca morboso y si digno de hacer lo que le venga en gana.
Así como no todo el cine de autor es precisamente champán, no todo el horror se queda en la mera experiencia de la sangre dura; y como lo mismo el drama a secas puede provocar urticaria; en Possession, Zulowski no se queda con lo uno ni con lo otro. Al cabo, arma una rara matrioska que combina denominación de escuela, lustre de dramaturgo, chispa de artista y horror. Horror del bueno.
Marc ha renunciado al infierno de un trabajo de dudosa procedencia sólo para enrolarse de lleno en las tinieblas de su agonizante vida marital. Su bella esposa oculta demasiado, y ninguna de sus declaraciones parecen justificar el abandono que se desdice cada vez que regresa -más perturbada conforme los días- para preparar el almuerzo y limpiar la casa. La atmósfera va de azul al negro más incierto y de ahí; al rojo sangre, cuando Marc descubra que no es un amante corriente el que a ella le arrebata la cordura, y a él cualquier esperanza de tenerla de vuelta.La carrera de Zulawski se remonta casi siempre a los horrores propios de su identidad dividida entre Polonia y la antigua Checoslovaquia. La ocupación alemana desde las andanzas arcanas del ejército prusiano es sombra fantasma sobre su puesta en escena. Pero en 1980, un Zulawski ansioso de experimentar se topa de cara con la horma y arco de apoyo de su zapato. De la mano de Isabelle Adjani y con un humor delirante, es que arranca en un quehacer cinematográfico definido por la mujer y el lado oscuro del camino.
Los nombres que han hecho la carrera de Zulawski deben ser sin lugar a duda Andrzej Wajda; de quien tomaría aparte del buen gusto el temple; y luego -él complacido, ellas arrebatadoras- Romy Schneider, Nastassja Kinski, Sophie Marceau y sí; definitivamente Isabelle Adjani, la inmaculada Perséfone de los infiernos.
Rodada en Berlín Oriental a lo largo del año 1981; estrenada por aquí y allá pero sin demasiado aspaviento y sí con casi 50 minutos de recorte en casos como el de la censura cortesía del gobierno de Reagan; Possession se mueve en muchas direcciones.
Por un lado, está el ejercicio pleno de estilo. El de la cuadratura controlada y las atmósferas gélidas, donde Zulawsky evoca a un Michael Haneke – ¿o acaso Haneke lo evoca a él? - preciso, sistemático y punzante. El del autor casi checo, casi germano pero criado en la tutela voluptuosa de la escuela francesa.
Por otro lado está el drama, avezado crispador de nervios. Pues que la situación de un matrimonio que se desmorona es siempre devastadora; más todavía cuando las verdades se disparan a gritos certeros en puntería mientras el hijo en común aguanta la respiración en la tina de baño.
El delta donde todo esto y la oscura naturaleza artística de Zulawski confluyen es la estética de las sensaciones. Possession sobrecoge siempre, y en vez de sólo lucirse como el todo sólido que indudablemente es, mejor detona en puntillosas aristas. Cuando uno se dispone a tomar asiento frente a Zulowsky es difícil adivinar lo que viene al arrancar impecable y monocromático – mucho asfalto y azul cobalto- casi distante, con trazos disciplinados e hipnóticos planos secuencia que revelan ansiedad a discreción. Más tarde va desplegando un ingenio picante que recuerda al joven Polanski de los años de Cul de sác y Knife in the water, donde el humor espeluznante y el horror perro van subiendo el tono en estertores súbitos que aceleran el paso rumbo a un climax-alivio, que acaba por dar la redondez que tres horas de duración pueden fácilmente disipar hasta en los mejores casos.
Rondando las inmediaciones del Theorema de Pasolini -con lo divino como dolosa y extraña visita- Al tiempo del submundo viscoso de Phenomena de Argento o quizá de Shivers y The brood de Cronenberg, así como compartiendo del mecanicismo que corroe a una familia moderna y pudiente en Séptimo continente de Haneke; Possession desemboca en su propio mundillo perverso donde el espectador no quisiera estar de ninguna manera y donde lo que está escondido es todavía peor que el malsano aire que se respira.
Carlo Rimbaldi, el hacedor de pesadillas favorito de Lucio Fulci, Darío Argento y Ridley Scott, pone el punto sobre las íes en esta frenética y descarnada farsa donde nunca se sabe a ciencia cierta si se camina en círculos o si uno, incómodo y perturbado, se ve incapaz de ver algo que no se esconde del todo.
Es de agradecer cuando no hay para que lo escatológico-conceptual monopolice el metraje en pos del arte o de la búsqueda de los resortes primeros del horror genuino. Zulowski respeta el género tratándolo con pasión y conocimiento de causa. Evita un texto fílmico de lectura caótica y al cabo, demuestra que las buenas películas empiezan por un tratamiento minucioso y un relato capaz de tomar por asalto.
Sam Neill –un Ewan MacGregor decadente y modelo ochentas que muestra los dientes cual lobo en correría- interpreta al loco enamorado cuya cruda moral parece más bien síndrome de abstinencia. Por su parte, un amante charlatán y afeminado lo hace quedar en ridículo luego de un buen golpe de judo. Más tarde, unos calcetines rosas asoman sospechosamente sacando chispas hasta al ojo más entrenado. En resumen, las virtudes de Possession son muchas. Y Possession es una virtud que sólo el cine de horror puede presumir.
Possession
Guión: Andrzej Zulawski, Frederique Tuten.
Música: Andrzej Korzynski.
Fotografía: Bruno Nuytten.
Montaje: Marie-Sophie Dubus, Suzanne Lang-Willar.
Efectos especiales: Carlo Rambaldi
Elenco: Sam Neill (Marc), Isabelle Adjani (Anna/Helen), Margit Carstensen (Margit Gluckmeister), Heinz Bennent (Heinrich), Johanna Hofer (madre de Heinrich), Shaun Lawton (Zimmermann), Michael Hogben (Bob), Carl Duering (detective), Maximilian Rüthlein, Thomas Frey, Leslie Malton, Gerd Neubert...
Francia, Alemania
1981.
80/127 min. color. 1.66:1.
Por: euGENIO ZAMORA MOJICA
Pero pasemos a lo que hoy nos ocupa; el recital se prolongó hasta las 12:15 de la mañana, un público impaciente, caras dormitando, y compas a punto de dar el mal paso de borrachos, fue la atmosfera que vistió, las casi tres horas, que esperamos a Axl Rose y compañía. Una vez calientito el escenario, con la bandota de metal mexicano Ágora, se volvió a enfriar, a la tardanza de los oriundos de L.A.
Esperado, tardado y exitoso; son los 3 adjetivos que describen al concierto de anoche de los Guns n´ Roses, en el Palacio de los Deportes. Banda angelina, que ha dado mucho de qué hablar, y mucho que esperar. Los años no pasan a lo tonto, decía la abuela, y en el caso de los Pistolas y Rosas, todos sabemos de los devenires que les han impedido continuar con una carrera solida, e igualmente pujante, como en sus años mozos.
Por fin arrancaban con los acordes de Madagascar; Axl Rose aparecía con los kilos de más, ya conocidos, y enfundado en una chamarrita de cuero negra y sus inseparables gafas, así como su paliacate frontal, y otro que casi le arrastraba, igual que la cadena que colgaba a su cintura.
Luces, explosiones y 3 guitarristas jóvenes y dos bajos fueron los encargados, no solo de ejecutar sus instrumentos, también de mantener pendiente, en todo momento, la atención del respetable, quien no perdía detalle en los movimientos de estos ninfos del Hard Rock.
Sweet chil o´mine, Welcome to the jungle, Rocket queen, You could be mine, Live and let die, Don't cry, Night train y Knocking on heaven´s door, fueron las canciones legendarias, entonadas en este concierto; fue precisamente en esta última, cuando el efusivo vocalista, dio un paso en falso, y cayó a un costado del escenario, el incidente no pasó a ser grave, pero supongo, si bochornoso para el ególatra interprete de Chinese democracy.
Guns n´Roses parecía haber cantado el esperado repertorio de antaño, pero en un sorpresivo acto, un piano adornaba el escenario, y con él, sonaban los acordes de un clásico del Rock; Another break in the wall, sonaba como nunca en la voz de Axl Rose. En súbito movimiento de teclas, Rose ejecutaría los primeros acordes de November rain, y con ellos, la ovación inmediata.
El domo de cobre vivió una noche eufórica, pese a las tardanzas de los avenidos, pero Paradise City, curaría cualquier decepción. Y así concluyo el primer toquín de la controversial banda angelina, con 19 mil almas coreando, una a una, sus rolas.
Por:
Carlos Eduardo Díaz
12.- Veneno para las hadas (1984), de Carlos Enrique Taboada. Historia de brujería. Una pequeña niña convence a su mejor amiga de que es bruja. Lo que inicia como un juego, adquiere matices macabros.
Carlos Eduardo Díaz
11.- El corazón de la noche (1984), de Jaime Humberto Hermosillo. Un instructor de manejo se enamora de una joven sordomuda que pertenece a una sociedad secreta. Para ser correspondido, deberá realizar un sacrificio.
12.- Veneno para las hadas (1984), de Carlos Enrique Taboada. Historia de brujería. Una pequeña niña convence a su mejor amiga de que es bruja. Lo que inicia como un juego, adquiere matices macabros.
13.- Santa sangre (1989), de Alejandro Jodorowsky. Todo transcurre en un circo, propiedad de una familia. El padre es el dueño; el hijo, el ayudante; la madre, sacerdotisa de una secta que venera a una niña cuyos brazos le fueron arrancados mientras la violaban.
14.- La invención de Cronos (o solamente Cronos) (1993), de Guillermo del Toro. Una fresca visión del vampirismo, donde la vida eterna está asociada, sí, a la ingesta de sangre humana, pero también a la alquimia y a la magia.
15.- Sobrenatural (1996), de Daniel Gruener. A partir de un asesinato que al parecer no tiene nada que ver con ella, la vida de una joven mujer se transforma en un sueño macabro.
16.- Kilómetro 31 (2007), de Rigoberto Castañeda. La leyenda de La Llorona en una de sus últimas adaptaciones cinematográficas.
17.- Orlak en el país de Frankenstein (1960), de Rafael Baledón. Un criminal ayuda al doctor Frankenstein a escapar de la cárcel. Juntos, continúan el trabajo de animar seres creados a base de cadáveres.
18.- Terror y encajes negros (1985), de Luis Arcoriza. Una mujer es perseguida por un psicópata que vive en su mismo edificio. El hombre asesina mujeres para arrancarles la cabellera.
20.- El grito de la muerte (1959), de Fernando Méndez. Dos vaqueros desentierran una estatua de una mujer llorando. Investigan en el pueblo cercano, donde les informan la identidad de esa mujer, cuyo fantasma vaga por las noches entre sollozos.
Por: José PUMA
Como parte de la celebración a los 40 años de formada la banda británica QUEEN. Libros la Cúpula presenta, este octubre, el material 40 Years of Queen (40 años de Queen), de Harry Doherty, y con una introducción a cargo de Brian May y Roger Taylor. Esta es una publicación oficial, totalmente aprobada por la mítica banda británica, que contará la historia del grupo desde sus inicios.
Como parte de la celebración a los 40 años de formada la banda británica QUEEN. Libros la Cúpula presenta, este octubre, el material 40 Years of Queen (40 años de Queen), de Harry Doherty, y con una introducción a cargo de Brian May y Roger Taylor. Esta es una publicación oficial, totalmente aprobada por la mítica banda británica, que contará la historia del grupo desde sus inicios.
Este compilado de información sobre QUEEN, contendrá los momentos más sobresalientes, y definitivos para el rumbo de la agrupación; con fotografías, letras escritas de puño y letra, extraños posters de giras y presentaciones, itinerarios de gira originales, correspondencia a sus fans, invitaciones a los lanzamientos de sus discos, álbumes de edición limitada y versiones extrañas pertenecientes a las colecciones privadas de cada uno de los músicos.
El trabajo recopilatorio corre a cargo de Harry Doherty, quien se desempeña como periodista especializado en música, desde 1970, como redactor en la publicación Melody Maker. Continuó escribiendo sobre rock, escribiendo algunos artículos en la Classic Rock Magazine. El libro será presentado, el 13 de octubre, de este 2011, en Francia, algunos días después, de este mismo mes, en Canadá, Alemania, Italia, España y Estados Unidos, y durante noviembre en Australia y República Checa. Aun no hay fecha del lanzamiento en América Latina, sin embargo, y dadas las circunstancias, parece ser, que la misma edición española, solamente que distribuida en esta parte del mundo, será la que nos toque conocer en el idioma de Cervantes.
Por:
Carlos Eduardo Díaz
1.- Dos monjes (1934), de Juan Bustillo Oro. Joya expresionista de los inicios del cine sonoro en México. En un monasterio del siglo XIX, dos monjes pelean y cada uno da su versión de los hechos, que tienen algo en común: la mujer de la que ambos estuvieron enamorados.
7.- La mansión de la locura (1973), de Juan López Moctezuma. Basada en una historia de Edgar Allan Poe, un periodista descubre que un manicomio ha sido tomado por un loco que permite a los pacientes hacer realidad sus más perversas fantasías.
8.- Más negro que la noche (1975), de Carlos Enrique Taboada. Una joven recibe una herencia peculiar: una vieja casona y un gato. Ambos pertenecieron a su tía. Cuando el gato muere, la anciana regresa de la tumba.
9.- Alucarda, la hija de las tinieblas (1978), de Juan López Moctezuma. Inquietante visión del vampirismo que mezcla erotismo, lesbianismo y satanismo.
10.- El extraño hijo del sheriff (1982), de Fernando Durán. En un pueblo perdido en el desierto, se provoca una desgracia: la muerte de uno de los gemelos, hijos del sheriff. El fantasma del niño atormenta a los culpables.
Carlos Eduardo Díaz
Casi desde sus inicios, el cine mexicano ha incluido entre su producción las cintas de corte fantástico. Seres extraídos de leyendas populares, como La Llorona, fantasmas atormentados y atrapados en viejas casonas y haciendas, vampiros europeos que en nuestro país encuentran un territorio poblado de víctimas potenciales.
También, mansiones malditas, momias que reviven, muertos que se levantan de su tumba para buscar venganza y asesinos dementes que persiguen hermosas – siempre hermosas – mujeres. Pero también están los héroes que los combaten: profesores, científicos, misteriosos luchadores que ocultan su identidad tras una máscara, o cómicos que se burlan de la solemnidad de las películas serias.
A pesar de las limitaciones de nuestra cinematografía, los ejemplos de este cine son abundantes, aunque la mayoría no deja de ser un churro bienintencionado. He aquí cien películas de este género, salpicadas con un par de buenas comedias.
1.- Dos monjes (1934), de Juan Bustillo Oro. Joya expresionista de los inicios del cine sonoro en México. En un monasterio del siglo XIX, dos monjes pelean y cada uno da su versión de los hechos, que tienen algo en común: la mujer de la que ambos estuvieron enamorados.
2.- Ensayo de un crimen (1955), de Luis Buñuel. Los asesinatos cometidos por Archibaldo de la Cruz, un aristócrata decadente, son producto de sus traumas y de sus frustraciones nacidas en su niñez. Una película perfecta.
3.- El vampiro (1957), de Fernando Méndez. La mejor cinta de vampiros rodada en México. El Conde Karol de Lavud (Duval), Marta y sus dos tías (la siempre joven y la anciana que se oculta tras un enorme crucifijo), Los Sicomoros, la canción de cuna que recorre la vieja casa como un eco infinito…
4.- El escapulario (1968), de Servando González. Ubicada en la época de la revolución, una mujer moribunda le confiesa a un sacerdote que posee un escapulario milagroso que protege la vida de quien lo porta.
5.- Hasta el viento tiene miedo (1968), de Carlos Enrique Taboada. Película de culto, espléndida. Un internado, unas alumnas, una severa directora, y el fantasma de Andrea que por las noches llama a Claudia.
6.- El libro de piedra (1969), de Carlos Enrique Taboada. Una apartada hacienda, un exitoso hombre de negocios recién casado, su hija que habla con un amigo imaginario, una institutriz y Hugo, el niño convertido en estatua para preservar un libro de magia negra.
7.- La mansión de la locura (1973), de Juan López Moctezuma. Basada en una historia de Edgar Allan Poe, un periodista descubre que un manicomio ha sido tomado por un loco que permite a los pacientes hacer realidad sus más perversas fantasías.
8.- Más negro que la noche (1975), de Carlos Enrique Taboada. Una joven recibe una herencia peculiar: una vieja casona y un gato. Ambos pertenecieron a su tía. Cuando el gato muere, la anciana regresa de la tumba.
9.- Alucarda, la hija de las tinieblas (1978), de Juan López Moctezuma. Inquietante visión del vampirismo que mezcla erotismo, lesbianismo y satanismo.
10.- El extraño hijo del sheriff (1982), de Fernando Durán. En un pueblo perdido en el desierto, se provoca una desgracia: la muerte de uno de los gemelos, hijos del sheriff. El fantasma del niño atormenta a los culpables.