Toño entra decidido,
Laura lo hace también,
Ella se mira al espejo,
El se imagina que hacer.
Laura se desabrocha
Su blusa sexymente,
Toño se imagina,
Mil cosas en su mente.
El se desabrocha
Sin pudor el pantalón,
Laura se quita la falda
Y la pone en el sillón.
Ya sin pantalón,
Toño se quita la trusa,
Laura se quita el sostén,
Quedando casi desnuda.
Toño camina desnudo
De la cama a la puerta,
Laura se quita la tanga,
Quedando desnuda completa.
Laura se acuesta en la cama,
Toño apaga la luz.
Los dos quieren descansar,
Él estando en Cuernavaca
Y ella en Veracruz.
EZM (2002)
Lo pensé un segundo con detenimiento. En un intento de revelación; grosero muy probablemente; me dije que poco caso tiene contrastar por enésima vez los mismos factores. Porque reacción es nada sin aliento de la acción. Supe entonces que importa un carajo hablar sobre Nicolás Sarcozy y su novia modelo con fama de zorra; lo mismo de los ingenuos que creen que a las piedras preciosas de color rosa se les llama diamantes de sangre. Y todavía menos importan los perros consentidos de Bel Air. Justo ahí me redescubrí como testigo de los tiempos oscuros, donde la vorágine es el todo y la nada. La apatía y la pereza. El abandono y la entropía.
Entonces apagué un infame noticiero nacional y me fui a ver tocar a N.O.T Ofensiva.
Con apenas un par de años en la escena profesional (Febrero del 2006) y toda una vida entregada a ala música, la N.O.T Ofensiva se afirma como un poderoso representante del hardcore morelense. No cualquiera, sino uno capaz de derribar de un solo golpe los modelos contestatarios de cartón.
Por medio de una rebeldía oportuna y prudente, una postura reaccionaria pero conciliadora y un imparable sonido metalero; pero sobre todo, a través de una profunda devoción por la movilización, N.O.T Ofensiva se compromete de raíz con sus ideales y vuelca toda su fuerza en una dinámica cuyo eje lo define la causa social. Ya sea hermanándose con publicaciones como En Aguas Zurcidas o manteniendo contacto con Amnistía Internacional México; la N.O.T Ofensiva trasciende los lindes musicales a que a tantos otros a reducido a un mero punto en el tejido del mainstream.
“N.O.T. OFENSIVA ES UNA BANDA DE PROTESTA, PERO TAMBIEN DE PROPUESTA” se autodefinen concisamente. Y es por medio de esta concreta línea que logran ser punto y aparte de la parafernalia pseudo contestataria y oportunista.
Después de tocar para los internos del penal de Atlacholoaya, de recaudar fondos para pacientes con cáncer de bajos recursos y de convenir con monstruos industriales como The Coca Cola Company en el apoyo a la realización de cirugías de alto costo a favor de la sociedad necesitada; se muestran apenas satisfechos. Están consientes de que la lucha los espera cada mañana al abrir los ojos. No se creen en los cuernos de la luna y afirman que la fama de propios y extraños jamás les ha quitado el sueño. Rechazan la existencia de verdades absolutas y no sobreestiman sus posturas personales. Tampoco pierden energía en opinar sobre quienes están en busca de la fama y el éxito comercial: ESTÁN EN SU JUSTO DERECHO, NO NOS AFECTAN. Sin duda, bien sabido tienen que hay mucho por hacer como para inquietarse por eso.
Pugnando por la equipad de genero, los derechos humanos, el libre pensamiento y el respeto por el pueblo PEDRO (VOZ), PABLO (BATERIA), WINNIE (GUITARRA/VOZ), ERICK (PERCUSIONES), PIZAR (BAJO), TAVO (PERCUSIONES) y HÉCTOR (GUITARRA) están consientes de que la cuidad que los ha visto nacer es un paraíso para grupos pudientes que juegan al activismo, pero también la reconocen como el epicentro de un movimiento artístico y social renovador. Para ellos, el puente que se extiende entre una frontera y otra está definido por los principios de tolerancia, respeto, hermandad, y pasión por conjuntar todo eso en una sola fuerza: “CUERNAVACA ES UN LUGAR DE GENTE QUE VIVE EN LA OPULENCIA PERO TAMBIEN ES HOGAR DE GENTE OBRERA, DE CLASE PROLETARIADA…LA N.O.T. OFENSIVA ESTA CONFORMADA POR INTEGRANTES DE DIVERSAS CLASES SOCIALES y NOS HEMOS DEMOSTRADO A NOSOTROS MISMOS QUE LA CLASE SOCIAL NO ES UNA CONDICIONANTE SI HAY UN FIN COMÚN, QUE EN ESTE CASO ES AYUDAR AL PROJIMO, Y HACER MÚSICA CON UN VERDADERO CONTENIDO”
Bajo la metralla de Rage Against The Machine, The Casualties, Pantera, Sepultura y Lamb of God; entre otros; y sin obsesionarse por la poco practica y engorrosa distinción entre géneros, estos pupilos de la dura guardia cimentan su fe en “EN TODOS AQUELLOS QUE HACEN ALGO PORQUE LAS COSAS SUCEDAN DE UNA MEJOR MANERA”, trasladándose así, de una condición de furia y repulsión hacia la antropofagia y la indolencia del hombre; a un estado de gracia donde el amor por la música y la convicción de que el cambio reside en el individuo (“ SON SOLO UNOS POCOS LOS EMPEÑADOS EN QUE LAS COSAS ESTÉN MAL” afirman) integran a la banda a un ciclo de evolución constante e imperecedera. “LA N.O.T. OFENSIVA PRETENDE SEGUIR EN PIE DE LUCHA, EN LOS PROXIMOS AÑOS QUEREMOS SEGUIR POR EL MISMO CAMINO, SEGUIR APOYANDO A QUIEN NOS NECESITE.”
Al cierre de esta edición, la N.O.T Ofensiva se prepara a entrar al estudio con una nueva entrega de seis tracks, que junto con junto con Masiva, Ente de poder, Eutanasia y Los Malditos, vendrá a completar la decena ofensiva. “ESTAMOS TRATANDO DE HACER CANCIONES UN POCO MÁS ESTRUCTURADAS. TRATAMOS DE EXIJIRNOS MÁS COMO MUSICOS” señalan. Así también han completado un puñado de eventos con fines altruistas, entre ellos el del pasado 2 de mayo, a lado de Suicidal Love y Six Z. La totalidad de lo recaudado se destinó a Marcos Girant Quiroz, en apoyo a su lucha contra el cáncer.
Los tiempos por venir se adivinan oscuros. Los medios venden noticias con perifolla y arte con brillitos listos para el contexto de la moda neoliberalista en su tendencia after hour de la guerra fría. Los campesinos que alimentan las urbes son engullidos por la carencia. La incertidumbre nubla el juicio y las noches parecen mas largas bajo la promesa de que por la mañana, habrá mas cuentas por pagar. Los tiempos oscuros llegaron ya. Pero como a Pandora nos queda la esperanza. Y la semilla del cambio germinando en cada uno. Y por si alguien lo olvida, queda La N.O.T Ofensiva para que pueda recordar
La Wacha Blogspot 2008
Roberto Hoyos
Nunca un asalto se convirtió en el suceso más desafortunado –y no para el asaltado—. Se levantaron temprano, se citaron en la casa del Babas, revisaron los movimientos y ensayaron uno a uno el parlamento a seguir a la hora del suceso. Jorge consiguió el puñal usado por su tío en la selva Chiapaneca cuando se perdió buscando animales para traficar, asociándose con un gringo de mucho dinero. Pepe se llevo el revólver enmohecido de la casa Winchester, propiedad de su abuelo. Y el Babas, doto al equipo con útiles consejos obtenidos con la experiencia de tres atracos en su vida, dos de ellos culpables de llevarlo al tutelar de menores.
El plan era de la siguiente manera: abordar el autobús de las 3 de la tarde que hacia quince minutos de parada en San Sebastián. Jorge -con puñal en mano- iría por delante en la fila india, seguido del Babas –que llevaría el revólver- y Pepe seria quien cuidara la puerta delantera del autobús que serviría de punto de fuga del vivaz grupo.
Tan pronto como subieron, la ronca voz de Jorge invadió el ambiente con groserías y ordenes de despojo de sus cosas de valor a los pasajeros. De inmediato se escucho el llanto de un niño quien presentía seria esta una mala experiencia en su vida, en seguida se escucho el murmuro de una anciana quien rezaba para sí un Padre nuestro, y finalmente una mujer se levanto de su asiento para reconocer al que parecía la cabeza de la banda:
-¡Jorge!-
-Dije que saquen sus cosas y no quiero pendejadas, ¡apúrense con una chingada!-
-Jorge Alberto, ¿me quieres explicar que carajos estás haciendo?-
Sorprendido pero tratando de ignorar a la mujer Jorge siguió sus líneas hasta que la señora se acerco a él y lo tomo de la oreja llevándolo hasta el exterior del autobús. Los pasajeros solos escuchaban los regaños:
-Mira nada más en lo que estas convirtiendo-
-Mamá ya no soy un niño, yo sé lo que hago-
-No eres un niño, eres un haragán, eso es lo que eres…-
Al ver la escena, Pepe opto por echarse a correr. Jorge y su madre se alejaron de la escena también. Dentro del autobús, el chofer cerró la puerta diciendo:
–Ora si señores, cóbrense el asalto-
De inmediato se levantaron de sus asientos, señoras, ancianos, niños, adolescentes, padres de familia y chofer a propinarle una menuda paliza, que terminaría una hora después en la delegación, cuando otro detenido lo reconoció por haberlo asaltado dos meses antes, convirtiéndose este en el asalto número cuatro que se le frustraría al Babas.
EZM (2008).
Conocí a Raymond Reid hace unos diez años en la ciudad de Glasgow, Escocia. Estaba yo desayunando en un bar cuando el hombre se acercó a mi mesa preguntándome si estaba dispuesto a compartirla. Dado que el lugar se encontraba muy concurrido y no ofrecía un solo lugar disponible, no tuve más remedio que aceptarlo como compañero casual.
Alto, enjuto, de unos cincuenta años, canoso y vistiendo un traje marrón bastante gastado, el caballero se mostró sociable y muy educado. Pidió un café y trató de no interferir en la lectura del periódico que me mantenía ocupado. Por cuestiones de cortesía pensé que sería un gesto obligado dirigirle al menos una palabra.
- Hace frío ¿verdad?
- Sí. ¿Usted no es escocés, verdad?- preguntó. Supongo que para demostrarme que él también era cortés.
- No. Estoy de paso. Mañana vuelvo a mi país.
Así, intercambiando pequeñas frases que luego se fueron extendiendo, Reid se presentó como profesor de filosofía a cargo de una cátedra en la universidad. Su aspecto no desentonaba con su profesión, pensé.
Después de terminado el desayuno, el hombre se puso de pie y antes de despedirse me preguntó si quería presenciar su clase, si quería acompañarlo.
- Hoy es el primer día. Me gustaría que me acompañe, cuando termine con la clase puedo llevarlo a conocer algunos sitios interesantes de mi viejo Glasgow.
Dudé, pero luego decidí aceptar. Debía esperar a la noche para viajar y pensaba hacer tiempo en quehaceres turísticos, pensar en eso guiado por un nativo me pareció más estimulante que deambular en soledad por calles que no conocía.
Salimos juntos del bar. Yo gentilmente pagué la cuenta y él me agradeció con la promesa de invitarme luego con un auténtico whisky del país. Tomamos un ómnibus hasta las puertas de la universidad; un majestuoso edificio con aire de castillo medieval y grandes caminos de roca que unían las dependencias con el bloque principal. Me contó de un tal Thomas Reid y deduje, por el apellido, que sería algún pariente del cual se sentía orgulloso. Caminamos, él hablaba de su pasión por la enseñanza, de su pasión por la filosofía y en un tono más informal, de su pasión por el Glasgow Celtic. Fuimos por los pasillos; yo lo seguía. Él, con andar pausado, iba revisando las aulas hasta que dijo “Es aquí”.
El aula estaba repleta de estudiantes que murmuraban hasta que él hizo su entrada. Yo lo seguí y me ubiqué en la parte más alta del estrado en uno de los pocos lugares que quedaban libres. Los mil ojos que se encontraban allí se concentraron en su figura que, cruzando las manos a sus espaldas, comenzó a hablar al frente de la clase.
- Muy bien- dijo - Bienvenidos-
El silencio fue total, sólo algunas sonrisas complacientes ante la presencia de quien dirigiría la reunión. Reid comenzó a hablar, a modo de introducción, sobre la historia de su vida. Las hojas comenzaron a llenarse de apuntes, algunos con mayor capacidad de síntesis que otros.Pasaron no más de diez minutos y un hombre se presentó en el salón con dos encargados de seguridad.
- Reid, por favor- dijo el hombre mientras los agentes lo invitaban a retirarse.
Los alumnos quedaron boquiabiertos. Reid se opuso, pero fue rápidamente persuadido por los uniformados. El hombre que los comandaba quedó al frente del aula y se presentó como el rector de la universidad.
- Lamento lo sucedido. Este hombre se escapó de un neuropsiquiátrico y suele hacernos cosas como esta cada vez que logra escaparse. El profesor a cargo está por llegar; les ruego sepan esperar en orden.
El bullicio creció y el alumnado se sintió molesto, sobre todo los que más habían llenado sus cuadernos con las cosas que Reid estaba diciendo. Hubo carcajadas, indignación y todo tipo de comentarios. Nadie se atrevió a reconocer que lo que Reid estaba diciendo era interesante. Yo abandoné el aula y, por más que lo intenté, no pude dar con Reid. Uno de los profesores me explicó que el hombre había sido alumno de la institución y que por vaya uno a saber qué causa un día fue necesario internarlo.
Me hubiera gustado quedarme, pero tuve que partir ese mismo día. Me hubiera gustado que un loco hubiese sido mi guía por las calles de Glasgow, supongo que hubiese conocido cosas que jamás conoceré. Me hubiera gustado que alguien hubiese conservado los apuntes de aquellos minutos de clase, pues realmente habían sido interesantes a pesar de que no formaban parte del programa. Me hubiera gustado saber si alguno de aquellos alumnos dudó, a partir de entonces, de que la escena se repitiese, no sólo cuando llegó el «verdadero» profesor de la clase, sino cada vez que debieran enfrentarse a alguien por primera vez. Por mi parte, agradezco a Reid la enseñanza. Desde entonces, sólo presto atención a quienes me aseguran que la merecen.
por José M. Pascual
Auf Der Maur es la sirena que ha roto la maldición en la que los bajistas no hacen discos en solitario, la misma que promete reiterarse en el panorama musical con mas que una buena dosis de talento.
Melissa Gaboriau Auf Der Maur, nació un calido y ciertamente extraño 17 de marzo del año 1972 en la ciudad de Montreal, provincia de Québec, Canadá; en medio de una familia singular; compuesta por un funcionario de gobierno que saltaría del curul a la silla cancilleril, y una periodista de música, más tarde aplicada a la traducción.
Así, la entonces pequeña Melissa lidió no solo con un nombre que significa "Abeja" y que conlleva un poderoso simbolismo mesiánico, si no con la custodia compartida de unos padres absolutamente diplomáticos y en general, con una niñez burguesamente sospechosa.
“Caballos y sangre. En eso se resume mi niñez”. Confiesa. “de niña, sangraba por la nariz cuando me sentía triste… y en verano montaba caballos. No era buena saltando, pero mi postura era perfecta”. Luego parece añorar los años en que su madre intentaba inculcarle los principios del rock. “Este es el guapo, este quien arma el alboroto….y este se murió…..y créeme no querrás saber como…Estos son los Stones…y estos Pink Floyd….y estos…Joy Division….” Le escucharía la dulce pelirroja a la Señora de Auf Der Maur, cosa que mas tarde acabaría pagando con creces.
A los 10, Missy había desaparecido junto con las muñecas y los cuentos para ir a dormir. Habían asomado a su vida los chicos, los sostenes y una que otra sustancia que la hacia ver colores saltarines en la crines de su amado pura sangre, eso sin contar los recuerdos lejanos sobre maledicencias bíblicas y sobre todo los Stones, y luego el punk y mas tarde el glam.
Súbitamente se la ve sonreír con picardía “y fue ahí precisamente donde me metí unos ácidos por primera vez. Tenía 12. Pienso que cuando tu mente es tan joven ni siquiera te das cuenta de que pasa algo, ni aun de que en general no ven colores saltando por todos lados”. concluye.
Así pues, La niña de cuna y pecas de oro, amante de los caballos y las fotografías, fue tornándose gradualmente en un ser insólito, extraño, introspectivo. Era la profeta, la abeja reina recibiendo el llamado de su propia naturaleza.
Entonces cuando el guerrero esta listo para el campo de batalla no hay nada más sensato que otorgarle un arma. A los once vino, sin temor a la errata, el primer gran amor de su aun párvula vida: un bajo eléctrico Gibson Epiphone; curiosamente uno de los mas difíciles de ejecutar: …y entonces la primera banda: Tinker, creada a base de talento en potencia, sueños locos y mucha pose adolescente. A los 21 ya quemaba el escenario de apertura a The Smashing Pumpkins. No obstante esto sucedió tres años después de que se encontrase con Billy Corgan en una situación levemente menos incomoda.
“Los Pumpkins le estaban tocando a unas 20 personas. Mi amigo Bruce que después se volvió baterista de Goodspeed you! Black Emperor estaba ahí comentando socarronamente: mira que actitud. Tocan como si estuvieran en un estadio. Luego le arrojo una botella y le pidió a gritos que bajara el tono de la pose. Billy se abalanzó desde el escenario y se liaron a golpes. Poco después de la pelea me acerqué a Billy y pedí disculpas a nombre de todo el público presente”.Comenta.
Así pues, no fue si no hasta el 93, con la ventas del Siamese dream de los Pumpkins a todo lo alto y con Tinker en plena experimentación musical; que Auf Der Maur solicitaría abrir los shows de la banda de Corgan durante su gira por Canadá. Contrario a lo esperado, el líder los Pumpkins aceptó. Pero la historia no se tornó como un verdadero cuento de hadas hasta que, luego de seis meses de telonear a la extravagante banda por territorio canadiense, Corgan le propondría formar parte de uno de los fenómenos mas inusuales y esquizofrénicamente sonoros del rock femenino: Hole, el proyecto grunge-post punk de la viuda de Cobain, Courtney Love.
Hacia poco que Hole había quedado sin su bajista Kristen Piaff, debido a una sobredosis de heroína. Auf Der Maur, entonces estudiante de medio tiempo y músico promesa las 24 horas del día, vaciló en aceptar la oferta, pues la decisión implicaba un cambio repentino de planes y prioridades, no obstante, un par de semanas después, pisando tablas en el Reading Festival, Melissa se estrenaba formando parte de la alineación de la Señora de Cobain.
Más tarde en 1998, Hole clausuraría su turbulenta carrera discográfica con el lanzamiento de Celebrity Skin, un álbum despedida que prometía fusionar el espíritu punk–grunge, característico de la banda, con el airbrush californiano de la década de los 70. El fin de Hole marcaría para Melissa, el principio de la apertura a un universo de exploración creativa y un periodo más que prudente para tomar riesgos artísticos; de entre ellos, una corta pero productiva estadía en la banda que le vio nacer: The Smashing Pumpkins; periodo por medio del cual Melissa se llevó consigo una rebanada de inmortalidad al formar parte del ceremonioso y ciertamente bien logrado Machina/ the machines of God.
Luego vendría la corona que anuncia el fin de la gestación de una nueva diosa del rock. Un muy afortunado álbum en solitario.
Con una placa propia y lista; la cual simplemente lleva por titulo Auf der Maur, la princesa de voz angelical y cabellera rojiza que se escondía detrás del riff feróz de su bajo, toma conciencia de su estatus de reina. Después de sobrevivir prácticamente intacta al infierno hedonista y fatal de sus antiguas bandas; abstemia de narcóticos y dilemas existenciales, Auf Der Maur se muestra resuelta ante lo que significa perder el temor a ser quien en es y a demostrarlo con hechos.
Melissa retoma con orgullo y sin prejuicio la heráldica de su apellido que en su raíz suiza significa “ en la pared,” y sorprende a propios y extraños; mediante un sonido puramente sofisticado, el cual emana de un trabajo de producción artesanal y una exquisita y fructífera ejecución, que lleva el desempeño del bajo eléctrico a panoramas hasta hace poco insospechados.
Melissa ofrece un trabajo redondo, orgánico, visceral, que no abusa de la melancolía y que armoniosamente logra unificar fuerza, belleza y mucha elegancia; el toque divino de la diosa guerrera y su sequito de caballeros andantes: Josh Homme, Nick Olveri y Mark Lannegan de Queens of the Stone Age; Erick Erladsson de Hole, James Iha, ex Smashing Pumpkin y Twiggy Ramírez; bajista fundador de Marilyn Manson.
No es exagerado calificar a Melissa de revelación musical. Quizá exactamente lo contrario. Auf Der Maur, no promete. Cumple y se define. Rompe esquemas y revoluciona. Crea y al mismo tiempo se recrea.
Aun en su vida permanecen resabios de los tibios ayeres. Un padre entrañable y devoto, una madre visionaria e insumisa, los caballos, la sangre, la fotografía y un gastado bajo Gibson Epiphone que de poder dar testimonio podría narrar el mito de una fémina deidad curtida para el nuevo siglo; una que parece despertar luego de un prolongado letargo.
Siempre habrá calma antes de la tormenta y la tormenta tiene ojos verdes, labios rojos y voluptuosas elipses de mujer. Y la calma esta por terminar.
- Live through this (1994)
- Ask For it (1995)
- MTV Unplugget (1995)
- My body the hand Grenade (1997)
- Celebrity Skin (1998)
- Machina/ The Machines of God (2000)
- Auf Der Maur (2004)
Por Palomita Rodriguez
Uno ve a Aimeé Mann quieta y callada sobre un descapotable, o yendo en reversa por una habitación por la que no se mueve ni el aire, o lánguida y fria, acariciando una guitarra, con la misma apariencia de eterna adolescente de los días de voices carry y ‘Till Tuesday, la banda que le vio nacer.
Más de veinte años han pasado desde entonces. No obstante la magia no se desvanece. Muy por el contrario; ahora salta, explota y se transforma. Ella sigue siendo el mismo espíritu etéreo vestido de rigor en impecable negro. Solo que hoy, sus cabellos lisos y su mirada azul, apenas logran contener el volcán en erupción que hay más adentro. Con 45 años de edad, bien podría alardear de su ultra selecta discografía en solitario (Whatever, I’m with stupid, Bachelor N. 2, Magnolia, Lost in space y The forgotten arm) y de sus más de dos décadas de experiencia en la música. Pero la reserva es una virtud. Y ella es un cofre lleno de virtudes.
Originaria de Richmont, Virginia, Aimeé Mann es mucho más que una de las cantautoras más respetadas de la escena. Capaz de restituir la esencia última del folk americano, pero sobre todo fiel a su amor por el lenguaje; ha constituido una obra íntima, cargada de soledad y tristeza, donde la pasión es a partes iguales, música y literatura.
La obra de Mann es un entramado de historias que de tan grandes inspiran una canción; un manantial de pequeñas grandes tragedias, amores inolvidables, sueños perdidos y esperanzas rotas. Con una serie de extraordinarios álbumes que ella misma compone, arregla, vocaliza y coproduce; podría escribir, pasaje a pasaje, el gran libro de su vida. La sólida y agridulce instrumentación; de la que también es responsable; en conjunto con su voz áspera y a la vez acogedora, marcan la pauta en un puñado de trabajos que funden los oscuros secretos del alma humana con la exquisita sintonía de la palabra; recreando así, parajes de serena y profunda belleza. Pero es particularmente con Magnolia, Lost in space y The forgotten arm; que edifica una trilogía única sobre el dolor, la desesperanza y el horror que implica saber que hay poco que hacer al respecto. Cargados de metáforas sobre el sexo, las drogas y los duros periodos de depresión que ella misma experimenta, constituye una verdadera poética, tan literaria como la que más, de la agonía del ser.
Paul Thomas Anderson, creador de una serie de films de oscuro encanto (Boogie Nights, Drunk punch love) admite que con de Bachelor N. 2 se vio en la urgente necesidad de recrear la insanidad emocional de las obras de Mann. El resultado fue su cuarto largometraje: Magnolia, una amalgama de tragedias individuales, que a gran escala, llegan a ser capaces de cambiar el ritmo habitual del universo. Un trabajo que representa un extraño caso de inversión creativa. No fue la película lo que inspiró la música, sino la música de la compositora la que inspiraría uno de los argumentos más sensibles y entrañables de los últimos años. "Antes de ser su amigo fui su fan", admite Thomas Anderson. Luego señala con entusiasmo, que sin conocerla siquiera, se sintió cautivado por su dulce pesimismo, así como por la franqueza de sus convicciones.
Magnolia, trabajo homónimo donde la autora ofrece una serie de cortes que a modo de soundtrack enmarcan el film, vería la luz en 1997, año en que, luego de editar un turbulento Bachelor N. 2; álbum que intimida y seduce a partes iguales, yendo de la depresión sosegada y disfrutable a la alegría lastimera y nostálgica; Thomas Anderson adapta sus textos a la pantalla grande. El sentimiento generalizado de desconsuelo se vio materializado con especial énfasis en el personaje de Claudia, cuyos dilemas y fantasmas personales bien podrían recitarse a través de las líneas de Deathly: ahora que te he conocido/ ¿no quisieras nunca volverme a ver?; o en el abatimiento de Wise up y en la desesperanza plena de Save me.
Tras el estreno del film (1999), de la consagración de una amistad inquebrantable y una mancuerna creativa más que excitante; (teniendo en cuenta que Thomas Anderson a colaborado con personajes tan seductores como su propia esposa Fiona Apple, por tan sólo mencionar a alguien) así como de un periodo de total negación y tristeza; nace Lost in space; según sus propias palabras; una metáfora donde la adicción a las drogas representa el sentimiento de desconexión y aislamiento por el que estaba atravesando y al que abiertamente se considera adicta: mejor toma tus llaves y maneja para siempre/ Ni todas tus drogas perfectas y ni cualquier súper héroe son capaces de hacerme empezar de nuevo. Admitía en Humpty Dumpty. Amor ten cuidado / sólo pretendo que me importa/pero ni siguiera estoy ahí/ me he ido / y no sé a donde… Celebra con especial gracia en la pieza que bautiza un álbum cuya naturaleza denota esta vez, más angustia y desesperación que cualquiera de sus anteriores trabajos.
Pero la trilogía no se completa si no con de The forgotten arm, una odisea cuyo origen no cabe más que en un espíritu tan sensible y brillante como el de ella. The forgotten arm, a diferencia de sus anteriores trabajos, es producido por Joe Henry para Superego Records y narra la historia de Jonh y Caroline; una pareja de desarraigados cuya dura existencia se ve unida un buen día en que las circunstancias los llevan a emprender juntos un viaje por carretera hasta la frontera de México. Compartiendo desdichas y rencores; y torturándose mutuamente con un amor volátil e inclemente, emprenden la huida en busca de un destino que no puede ser. Él, un boxeador emocionalmente inestable, recién desempacado de Vietnam, que sufre de una fuerte adicción a las sustancias prohibidas y a los ataques de ira. Ella, una jovencita ávida de cariño, que ha madurado a golpes y que siente una especial atracción por las relaciones de estira y afloja. The forgotten arm completa la triada que asegura el total de la obra de Mann como un concepto el cual es posible leer como paginas de un libro sobre la desdicha humana.
Aimeé Mann parece levitar sobre el desastre. Uno creerá que camina entre proyectiles y sale ilesa, pues se le ve dulce y calida, bailando sobre la tenue línea entre la luz y las sombras. Aimeé Mann no se queja, no lloriquea y nunca dramatiza. Ella vive, sufre, lo disfruta a plenitud y hace saber que todo eso no es el gran asunto. Porque finalmente nadie puede vivir sin sufrir, y sin sufrir en toda la extensión de la palabra, nadie puede jactarse de haber vivido. Ni aun siquiera un ser de viento cuya fuerza radica en su pasión por la poesía de un mundo imperfecto.
Discografia:
- Whatever (1993)
- I'm with stupid (1996)
- Bachelor N.2 (1999)
- Music from the motion picture "Magnolia" (1999)
- Lost in Space (2002)
- The Forgotten Arm (2005)
- @#%&*! Smilers (2008)***
Contact us to: palomitarodriguezwong@hotmail.com
***Al cierre de esta edición
Los días transcurrieron sin novedad alguna, los regaños seguían siendo constantes, pero Ismael los mitigaba mirando una foto borrosa que había logrado tomarle con su teléfono celular a la mesera de sus sueños. Cierto día se animo a despedirse de ella estirando su mano par estrechar la delicada mano de su musa, al salir del café no quería tocar nada. Otro día se animo a seguirla hasta su casa, detrás de un árbol se escondió hasta ver como la chica cruzaba la puerta de entrada de la casa 10 de la calle Robles. Ismael se acerco admirando la fachada de la casa; observo la puerta, la cerradura, estiro la mano derecha lentamente con el pulgar levantado para tocar el timbre, pero esta vez no fue solo su inseguridad la que lo frenaría, en la esquina superior izquierda de la puerta había una calcomanía que decía “Casa de ALE”, una estúpida sonrisa ilumino su cara germinando una idea que llevaría a cabo al siguiente día.
En horario de oficina, Ismael practicaba es tonto discurso que pretendía brindar a su fuente de cariño, sin embargo, al final dejo todo a la improvisación. Como todas las tardes, se instalo en la mesa dos y espero a que ella se acercara, su plan era entablar conversación después de que ella tomara su orden, y así lo llevo a cabo, ella se acerco con el discurso de bienvenida, tomo su orden y súbitamente el valor de Ismael salió a flote diciendo –Oiga, antes de que se retire quiero preguntarle algo…- ella contesto amablemente –Dígame- mientras miraba a la mesa Ismael pronunciaba –Pues vera, desde la primera vez que vine…- un grito desde la concina interrumpía su discurso. Atónito quedo al ver como la chica ignoraba sus palabras y corría hacia el lugar de donde provino el grito. Le tomo unos segundos entender por que tan de repente huía su Julieta de la escena, y recordó que mientras dirigía su romántico discurso una mujer grito algo así como –Ale tienes llamada de tu madre-.
Al día siguiente, al ver que su valor no regresaba, decidió dejarle una nota en la puerta de su casa; “Ale: me interesa conocerte que tengas buena noche”. Espero que en el café ella mostrara respuesta a la nota, pero al ver que no había tal decidió intentar de nuevo, pero otra vez no hallo respuesta. Ismael parecía estar urgido por una señal dada por la chica del café, así que cambio sus idas al café por un método más directo e infalible, o al menos así lo creía. Escribió una nota que decía “Ale ha llegado el momento de confesarte que hablar contigo se ha convertido en una necesidad, por ello, te espero el sábado a las 3 de la tarde en el parque Guadalupe, en donde esta el monumento a la madre…por favor…no faltes”. Con un elegante jacket de lino que pertenecía a su padre y unas rosas recién cortadas de la casa de doña Marú, llego Ismael Andrade al lugar de la cita, se sentó en una banca del parque mientras de su bolsillo sacaba un discreto espejo con el que revisaba los últimos detalles de su elegante aspecto. De su bolsillo izquierdo del pantalón saco un pañuelo que serviría para limpiar por sexta vez sus zapatos, también reviso su aliento con la mano derecha y acomodo por decima ocasión el nudo de su corbata. Los minutos transcurrían con desesperación, parecían ser cada vez mas lentos, nada lo hacia calmar la ansiedad de saber donde estaba la chica de sus sueños. Miraba a su alrededor y solo veía una pareja a su lado derecho y un hombre como de 40 años sentado a los pies del monumento la madre. Así transcurrió uno a uno los minutos hasta que se convirtieron en hora. La pareja se retiro de la banca y el hombre se acerco a Ismael ocupando el lugar de los novios, Ismael suspiro decepcionado y el hombre aprovecho para preguntarle que a quien esperaba, Ismael solo contesto que a una amiga. El extraño, mas acostumbrado que Ismael a estas situaciones, se a sinceró confesándole que por días había recibido recados tiernos de quien suponía era alguna tímida enamorada, y lo suponía por el nombre al que iban dirigidas las románticas notas. Al mismo tiempo que el extraño le confesaba esto a Ismael, le mostraba uno a uno los recados que amanecían en su puerta. Ismael palideció al ver que eran los mismos que el dejaba a su musa, el sujeto notó la inquietud de Ismael y pregunto si sabia algo al respecto. El pobre muchacho tuvo que confesar que estaba fascinado con la mesera del café Ostoy, y que la había seguido hasta su casa averiguando ahí mismo su nombre por medio de una calcomanía en la que revelaba que el inmueble es propiedad de “ALE”, el extraño afirmo lo dicho por Ismael, dijo que ALE es el dueño de la casa, ingenuo Ismael pregunto si ella era ALE, el sujeto dijo – No, ALE soy yo – Ismael contesto a la confesión con una mueca de extrañeza – Así es mi amigo, yo soy ALE, bueno me llamo Armando Lara Estrada, pero siempre utilizo las siglas de mi nombre- con la misma incredulidad Ismael le contesto –No puede ser, yo escuche como en el café una mesera la llamo con el nombre de “Ale”- -No amigo, usted oyó mal, el nombre de la chica que usted me habla es Valeria, pero todos le decimos “Vale”, era mi inquilina- decepcionado contesto el muchacho –Quizá ya no viva en su casa pero ¿la puedo ver en el café, verdad?- -No lo creo joven, ella regreso a Guerrero con su madre para cuidar a su abuelo, y parece que no regresara- una vez aclarado lo sucedido, ambos pactaron no contar a nadie del asunto, y el miedo al rechazo que sentía Ismael se multiplico considerablemente.
EZM (2008).
Llegamos ese día como a las diez,
Después de estar en el famoso bar “La vía”,
Tomamos diez cervezas cada quien.
Sentimos el efecto de la bebida,
Y poco a poco se nos olvido la gente,
Recordaste que tu abuelo te dio llaves,
De la casa que estaba por vender.
Para limpiarla, por que una señora la quiera ver
Con lo poco que traía pague la cuenta,
Ya no alcanzaba para hotel,
Así que la casa de tu abuelo,
Por esa noche nos quedo bastante bien.
De camino me dijiste que no había muebles,
A lo cual no preste mucha atención,
Pues cuando el amor llega de madrugada,
Lo que uno quiere es calmar la tentación.
Adelante me pare en una farmacia,
-Dos cajitas de condones, por favor-
-No me ha dicho de que marca usted los quiere-
-Los que sea que tengo prisa, corazón-.
Al llegar me conquisto la casa,
Tenía garage y patio grande,
De dos pisos con alcoba con jacuzzi,
Tres recamaras y una cocina elegante.
Corrimos al segundo piso,
Llegando te aventaste hacia mi cuello,
Me quitaste el saco y la corbata,
Y poco a poco despeinabas mi cabello.
Ya mi saco entre tus manos,
Y al calor de una aventura distinta,
Lo aventaste por la venta,
Diciendo que en una película así hacían.
Siguiendo la dinámica en cuestión,
Tire tu abrigo yo también,
Me explicaste que todo caería al patio,
A lo que respondí que estaba bien.
La alcoba era alfombrada,
No sentíamos lo frió del piso,
La pasión, poco a poco acrecentaba,
E hizo de nosotros lo que quiso.
Seguías lanzando nuestras prendas,
Por la ventana con singular alegría,
Quedando desnudos por completo,
Ni pulseras, calcetines, ni tu pinza.
Continuamos con los besos de lengüita,
Y seguimos explorando nuestros cuerpos,
Querías que comenzara la relación,
Y te pedí que me esperaras un momento.
Te explique que en mi saco había guardado,
Los condones que compramos de camino,
Tu coqueta me dijiste –Yo te espero,
No te tardes que ya quiero hacerte mío-
Baje como un rayo hasta el patio,
El frió de la noche me erizaba,
Estaba desnudo por completo,
Y de nuestra ropa no encontraba nada.
Subí corriendo por tu ayuda tan valiosa,
Te explique que no había ropa abajo,
Miramos los dos por la ventana,
Y en la casa del vecino había quedado.
Un ataque de pánico me entro,
Ni llaves, celular, ni ropa,
La casa del vecino deshabitada,
Y tres rottweiler custodiando la casona.
Las ganas del amor también se fueron,
Huyeron al ver la situación,
Tu tronándote los dedos,
Yo comiéndome las uñas por la preocupación.
Encuadrados en una casa sin nada,
Ni muebles, gas, ni agua,
Mi carro se quedo como a dos cuadras,
Y el hambre estaba haciendo su llegada.
Sin otra mejor idea,
Te sentaste a llorar,
Lamentándote por haber tirado todo,
Te explique que debíamos actuar,
Para sacar nuestra ropa de algún modo.
Pensé en saltarme a la casa por la ropa,
Y lleve a cabo la idea que tenia,
Los rottweiler se acercaron poco a poco,
Y corrí poniendo a salvo yo mi vida.
Por más de una hora nos quedamos,
Sentados pensando en que hacer,
Ví tu cuerpo y dije –Ya ni modo,
Algo malo tenía que suceder-.
Trate con poco tacto sugerir,
Echar a andar esa idea que tenía,
-Mi amor, algo se nos va a ocurrir,
Mejor hagamos esta noche tuya y mía-.
-Estas loco, respondiste ofuscada,
-¿Cómo puedes tener ganas todavía?-
-Bueno, desnudos y encerrados,
Esperemos a que llegue bien el día-.
Beso a beso fui cambiándote la idea,
Cambiando preocupación por el amor,
Aceptaste mi trueque de inmediato,
Y comenzamos lo que había propuesto yo.
A mitad del acto me aventaste,
Diciendo que no había condón,
-Te recuerdo que tú los aventaste-
Y comenzaste a llorar sin explicación.
Me levante y me fui al baño,
Orinando analice la situación,
Habiendo perros seguro que habrá dueño,
Que traiga de comer al batallón.
Más tranquilo termine lo que estaba haciendo,
Sollozando todavía te encontré,
Bese tu mano intentando ser consuelo,
¡Algo peor todavía!, yo pensé.
El presentimiento que tenía no era falso,
Más certero y peor de lo que creía,
Me informabas que tu abuelo sin falta,
Los sábados venia a regar su bugambilia.
El cielo comenzaba a aclararse,
Un gallo a lo lejos escuche,
La situación comenzaba a obscurecerse,
A las ocho en punto llegaría el.
Trate de ocultar lo que pensaba,
Tu sentada buscaba solución,
Me acerque a la ventana con esperanza,
Me percate de que pasaba algo peor.
Nuestra ropa los perros habían deshecho,
Mi celular tirado por el patio,
Mi cartera mordisqueada alcance a ver,
Mi pantalón mugroso y desgarrado,
Mi camisa dividida ahora en tres.
Tus tacones rotos por completo,
Tu blusa manchada estaba,
Tu pantalón desgarrado del trasero,
Tu sostén sin varillas se encontraba.
No quise compartirte la noticia,
Te abrace tratando de evitar,
Que quisieras mirar por la ventana,
Seguro te ibas a desmayar.
El cansancio de tu ser ya se notaba,
Tus ojitos se empezaron a cerrar,
Que cayeras rumbo al piso yo evitaba,
Cuando algo nos hizo brincar.
Alguien abría la puerta principal,
Te abrace y al closet me metí,
-No saldremos- te dije muy seguro,
-Hasta que tu abuelo se vaya de aquí-.
Nos quedamos mucho rato ahí abrazados,
Esperando que tu abuelo nos hallara,
No sabíamos si ya era su hora de llegada,
Mientras tanto escuchamos algo así.
Harta me dijiste -Voy a ver,
Mi abuelo mientras riega canta-,
Te dije –Estas segura mujer-
Dijiste -Reconozco muy bien esa garganta-.
Fuiste abajo y no encontraste nada,
El ruido parecía venir de otro lugar,
Me asome por la ventana desdichada,
Y encontré lo acabábamos de escuchar.
Era el vecino alimentando a sus perros,
Mal encarado examinaba nuestras ropas,
A señas le explique que eran nuestros,
Los objetos que destruyeron las fieras con sus bocas.
Apenado se acerco a la ventana,
Le explique a groso modo lo que paso,
-No hay problema, yo les presto algo de ropa,
Y si quieren darse un baño, aquí hay jabón-.
-Muy amable- le dije con reserva,
-Nos vestimos y nos vamos ya,
Yo le dejo por la tarde aquí sus prendas,
Y no es por apurarlo, pero préstenoslas ya-
Corriendo fue el señor a la casa por dos mudas,
Por la venta nos aventó la ropa,
Un pantalón viejo que él tenia,
Una camisa, un pans y unas botas.
-¿No tendrá otra playera?- le grite,
-Si me espera, orita se la traigo-,
-Gracias- le indique con la mano.
Y te dije –¡mi amor, estamos a salvo!-
En lo que yo me ponía la playera,
Te ayude por la ventana a saltar,
Mientras el señor calmaba a sus fieras,
Que ladraban como el juicio final.
En lo que tú lograbas llegar a la casa del vecino,
Se escucho el cerrojo que lo abrían,
Me asome por la escalera y vi a tu abuelo,
Que venia silbando una melodía.
No quise alarmarte,
Espere a que saltaras a la casa,
De inmediato me salte también,
Tu abuelo hacia el jardín se dirigía
De nosotros saber ya no podría,
Llegamos a la casa del vecino,
Y salimos de ahí como pudimos.
Me despedí urgido de huir de aquel lugar,
Tú ni a la cara lo miraste,
Por la pena de cómo nos fue a encontrar.
Caminamos dos cuadras a mi carro,
Y nos fuimos.
De camino tú tocabas mi pierna,
Yo nervioso manejando apresurado,
Mientras me mirabas suspirando,
Te acercaste a mi oído susurrando,
-Tengo una idea loca- me decías,
-Espero cumplirla quieras hoy-
-Si me dices tu idea te contesto-
-Es muy loca te lo advierto, corazón-.
Te mire y adivine tu pensamiento
–Esta noche a las ocho voy por ti-
-Yo me encargo de las llaves más al rato-
-Yo que pases una noche muy feliz-.
Y así repetimos la experiencia,
Una o dos veces por mes,
Procuramos ya no tirar nuestras prendas,
Evitando que ocurra lo de aquella vez.
EZM (2008).