Convencidos de que la auténtica mala pata no existe para quienes están dispuestos a darlo todo, un fornido cartel de artistas desfiló con las pilas más que puestas el pasado viernes 4 de diciembre por la tablas del foro The Pit para apoyar a Nancy Alvarez en su implacable lucha contra la leucemia.

Con todo y la amenaza circunstancial de aborto de misión, el escuadrón convocado por Ricardo Mendoza Ocampo estuvo dando cara en punto de las 7:00 pm de una noche particularmente fría y disparatada. Así Charro Negro, Fulano de Tal, Microbus, Hugo Tamayo, Jesus Oliveros; Davo Valdéz, Eugenio Zamora y Palomita Rodriguez, esperaron el arranque del show sin vislumbrar las sorpresas que les esperaban al doblar la esquina.

Alrededor de las ocho, una terrible emergencia obligó inevitablemente a los Charro Negro a despedirse. Un asunto importante de familia hizo lo suyo con Microbus, y mientras se aguardaba la inminente llegada de Hugo Tamayo, nuestro estimado colega y amigo Davo Valdéz -tras salir brevemente- era detenido en la calle por la policía de Transito (todos los presentes seguimos preguntándonos si acaso habría sido uno de esos eficientícismos oficiales que permiten a los ruteros jugar a la serie Nascar con camiones repletos de gente que es transportada como ganado).
Al cabo, el cartel se reducía y los asistentes con los que se contaba para alcanzar el objetivo, por su ausencia brillaban.
No obstante al borde de las nueve, corriendo y llegando apareció Hugo Tamayo del brazo de su señora; listo para tomar al toro por los cuernos. Y luego de unos minutos arribaba el principal motivo de nuestra reunión, Nancy Alvarez y familia, quienes engalanaron la noche con su presencia y alegría.
Aun pesando sobre las cabezas la ausencia de compañeros queridos y de la comunidad que haría El Respetable, arrancó al fin el festival.

Raspando brillo al escenario, apareció Fulano de Tal, la nueva banda joven de Morelos; portento alternativo urbano de chavos nativos de la comunidad de El Progreso; seguidos sin respiro de la personalidad inigualable del Hermano Wacho Eugenio Zamora quien terminó por derribar la tensión desbordando con su lectura las mentes de los presentes, vía frondosas imágenes literarias y deliciosas enchiladas de verso; recordandonos a cada voz, el poder de estar unidos. Luego arribaría Palomita Rodriguez también hermanísima wacha, afiebrada y con resfrío polar, pero con todo punch y dos textos de fuego y estrellas.
Para Cerrar con broche de oro, un duo de rechupete: El trovador poeta del asfalto Hugo Tamayo y Jesus Oliveros, amo de marionetas y violinista de primera línea en una dinámica sacachispas del mejor rock urbano y pura virtud de cuerdad frotadas..
Con una suite de pasión floreció la velada en honor a un alma guerrera.
Con poquísima asistencia, dos o tres quejas sobre el costo del cover (cuya totalidad integra fue entregada como era compromiso a Nancy); una serie de piedritas en el zapato de los participantes; uno que otro guiri guiri que ni se reportó y otro que ni recordó que se había comprometido; tanto el equipo como Nancy, siguen al pie del cañón y anuncian que la batalla apenas comienza.