Deja Vu - uV ajeD

by - enero 16, 2012

Por:
Richard Chacón

Vaya que es extraña esta situación, muy fantástica de verdad, juraría que ya he vivido esta experiencia. Pero no es lo más; es la segunda vez en esta semana: Este pensamiento saltó a mi mente tan pronto como el joven estudiante tropezó con sus propios pies al tratar de adelantarme por la derecha en una parada de autobús.



Debo llegar pronto a mi casa, ya son cerca de las diez de la noche y aún debo escribir mi reportaje para la sección de tecnología en la revista de publicación semanal e-tunes. Mis finanzas no son las mejores, es por eso que cada día debo conmutar de casa al trabajo en una larga caminata de ocho kilómetros cada día. Por su puesto, siempre hay un lado positivo en todo - soy un sujeto con piernas de acero y pulmones de alta presión - creo que podría soplar un neumático de automóvil hasta sus treinta libras.


He escuchado y leído sobre esas raras situaciones donde se experimentan sucesos que aparentemente hemos vivido y parecen estarse repitiendo exactas y en fracciones de segundo. No pensé que fueran reales, pero… no puedo creerlo; este joven ha tropezado por cuarta vez con sus propios pies al pasarme por la derecha y en la misma parada de autobús. Hoy simplemente tomé la determinación de llegar a la parada quince minutos antes y esperar a que ese jovencito aparezca sonriendo para burlarse de mi una quinta vez.


Debo continuar mi camino al trabajo - el no vendrá - o tal vez pasó antes y logró burlase de otro incauto en la parada. La próxima vez lo detendré en su paso y conversaré con él, no es de respeto hacer esas cosas. Como ya dije, todo tiene su lado positivo; creo que escribiré un artículo en la revista relacionado al tema, de manera que hoy regresaré mas temprano a casa.


La razón por la cual la revista no quiso publicar mi artículo, fue simplemente porque no estaba relacionada al mundo tecnológico, era razonable así que porque no publicarla en la sección de curiosidades de cualquier diario local. El tema es interesante y estoy seguro que acapararé muchos lectores.


Este diario es de buena circulación y mi artículo está bien ubicado, me gusta bastante la punto que el diario le ha dado en su sección de curiosidades, además, mi nombre está impreso en letras negras y cursivas dándole un toque de importancia a mi persona. Fue buena la idea la de colocar al pié mi correo electrónico, pues ya me han enviado muchísimos comentarios positivos e ideas para seguir escribiendo en esta línea. No pararé hasta leerlos todos…


- “Su artículo es muy interesante, pero no lo considero una curiosidad y mucho menos ficción. Debo comentarle que he leído muchos de sus artículos publicados en e-tunes y vaya que es usted bueno en el tema tecnológico. Pero debo decirle que en esta faceta me ha logrado sorprender: Mi nombre es Gustavo y estoy muy cerca de graduarme en la escuela de Ingenieros en Sistemas de la Universidad Varintee Luddo. Paso diariamente por la parada de autobús que usted ha mencionado en el artículo y, créame que al leer sus líneas casi me desmayo. La primera vez que tropecé juraría que había vivido esa experiencia anteriormente; la segunda vez - y ahora puedo ver que era la segunda - la tomé como una simple casualidad… pero sucedió una tercera vez y me reproché a mi mismo por mi torpeza. Sólo fue hasta la cuarta vez que pude notar que en todas y cada una de estas situaciones un sujeto de chaqueta marrón y un maletín, había estado al frente y a mi izquierda cuando al tratar de pasar, tropezaba con mis propios pies; a la misma hora y en el mismo lugar.


Esa quinta vez a la que usted se refiere, yo decidí llegar quince minutos antes y esperar del otro lado de la calle para verlo allí en la parada de autobús mientras hacía tiempo a que alguien le pasara por un lado y hacerlo tropezar. Usted se marchó encogiéndose de hombros, pero yo tropecé una vez más con mis propios pies al tratar de pasar a otro sujeto mayor que usted.”


Yo simplemente preferí no contestar ese correo, todo me parecía un invento de aquel joven. Al llegar a mi oficina en la revista e-tunes, mi compañero de redacción quien es algo mayor que yo, me dijo: - “Leí tu artículo y no me vas a creer, pero creo haber tropezado con ese mismo torpe estudiante que describiste en la historia de la parada de autobús”.

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