Sobre la marcha de las putas...
Esto es lo que publicó el año pasado en su blog una chica de 17 años.
¿Tu también estás harta?
"A bajarle a las insinuaciones...
El otro día en la Ciudad de México, una vez que fui a chachararear por el zócalo con una cuata de la escuela, resulta que un fulanito en el metro de miró y me miró y me miró durante todo el trayecto; hasta que por sentirme desgastada, urgí que mejor cambiásemos el itinerario e hiciéramos una parada que estaba pensada para hacerse de regreso. Todo porque ya estaba harta de que ver al tipín haciéndome señitas y murmurándome entre dientes.
Ya estaba yo muy enmuinada- soy particularmente neurótica dicen, con esos comportamientos, - así que para evitar amargar más mi día de asueto, pues mejor le sugerí a mi buena cuatita que modificásemos el plan. Ella accedió sin chistarme nada; pero luego; ya más calmadas y felices porque andábamos quesque de chopin cultural; me dijo no exageres; si nada te quitan.
Probablemente no sepa yo nada de la vida. O en verdad sea una neurótica sin remedio; pero la verdad es que no me parece correcto y si bastante raro. No entiendo porque deben parecerme naturales esos ciertos comportamientos ajenos que me hacen sentir incomoda.
Le decía a mi amiga que me molesta eso y los chiflidos fiu fui alargados; porque generalmente la forma en que los hacen no es tan halagador como quisiéramos y porque además la conducta en sí no parece decir te chiflo porque me atraes, porque me gustas, porque en general eres linda y gusto de echarte flores; más bien parecen decir “te chiflo porque me da la gana, porque puedo hacerlo y tú debes asumirlo te guste o no; porque soy hombre y tu chava y sencillamente puedo hacerlo”.
Lo que puede ser para muchos un atisbo de picardía inocente y mexicanidad divertida, a mi me parece que de fondo, se trata de una conducta sumamente misógina.
Creo que las mujeres deberíamos sabernos iguales en todo momento, no solo a la hora de exigir oportunidades de trabajo si no la hora de vivir la vida. Debemos quitarnos de una vez los estigmas que nosotras mismas nos hemos impuesto con ciertas formas de ser y mediante conductas que hemos estado permitiendo. No es natural en una comunidad que se cree evolucionada en estos asuntos de la equidad, todavía debamos como mujeres salir acompañadas a todas partes para evitar que; mientras caminamos por las calles; un tipo en auto nos siga a vuelta de rueda soltando piropos sangrones.
¿A cuántas nos ha sucedido lo mismo? ¿Y cuántas veces nos han dicho “no hagas caso” o peor aun “no salgas sola”? Eso parece estado de sitio. No debe de ninguna forma ser indispensable que alguien nos acompañe siempre y créanme; no es la solución que nuestros gobiernos gasten presupuestos en crear redes de transporte público para mujeres o que un innovador lance un sitio de taxis o un café bar solo para mujeres. Eso parece aligerar las conciencias y relajar los ánimos en torno a un problema que no hemos superado y que urge le atendamos a como dé lugar: eso es el machismo. Lo que urge es que se cambie de actitud, que verdaderamente los institutos para la mujer en el país se dediquen a difundir el tema de la equidad de género, del respeto o y la tolerancia; y que entre nosotros apoyemos estas propuestas que implican mejoras y cambios permanentes para nuestras sociedades.
Como mujeres podemos ser las primeras en difundir ideas erróneas y de fomentar en nuestros hogares y círculos sociales, los peores males de nuestros tiempos."
(Texto originalmente publicado en
http://divagacionesdeunadiva.blogspot.com/2010/09/bajarle-las-insinuaciones.html)
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