Mientras veo las fotografías de mi boda recuerdo aquel día. Estaba frente a ese hombre desconocido, mi madre lloraba. La ciudad aún era extraña para mí. Extrañaba la sierra. De pronto fuera del templo pasaron tres niñas corriendo y riendo estrepitosamente. Pensé que yo, a mis once años debería estar con ellas. No con aquel señor hijoputa, el cual me compró por un cartón de cerveza que mi padre aceptó sin pensarlo dos veces.
Oh Dios! Qué fuerte. Excelente ficción. Me encanto Davo, felicidades.
ResponderEliminarMuy buena mini ficcion!! que suba las otras!!
ResponderEliminarQué chingona ficción. Subiran más cosas del mismo autor?
ResponderEliminarMuy buena, sí señor...
ResponderEliminarbuena ficcion, me gusto el subito desenlace que germina una indignacion inmediata.
ResponderEliminarfernando castro comunicacion 5°semestre
Gracias a todos por sus comentarios. Me motivan a seguir escribiendo. Gracias a La Wacha por su apoyo incondicional.
ResponderEliminarExcelente ficcion y construccion de una historia tan indignantes en tan pocas palabras, aun que lamentablemente... quiza, lo que menos tiene esta historia es; FICCION.
ResponderEliminarJosé PUMA
Qué madrazo. No me esperaba algo así, cómo en tan pocas palabras contaste una historia de muchos años y muchos lugares, de tanto dolor. Mis respetos.
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