Por cortesía de Aftershock, el horror victoriano y la tématica lésbica hacen parada en un cómic independiente con tintes de culto. |
A principios del 2015 una noticia rondaba el mundo de los cómics: Mike Marts, el reconocido editor responsable de importantes franquicias de super héroes como Batman, X-Men y Guardianes de la Galaxia, dejaba su jugoso puesto en Marvel luego de volver tras colaborar con DC. Lo alarmante del asunto era que Marts llevaba apenas alrededor de un año trabajando de nuevo en la saga mutante, que tuvo a su cargo casi dos décadas atrás.
Pero eso era lo de menos. Porque Marts se marchó para echar a andar, de una vez por todas, su propio proyecto. Así nació Aftershock, una casa editorial enfocada en cómics independientes que buscan rescatar temáticas y géneros que han sido descuidados por las grandes compañías, para las que la nota fuerte la marcan los superhéroes.
Insexts: La mejor carta de presentación
Aftershock, que reunió a otros creativos como Joe Pruett y Lee Kramer, irrumpe en la escena a principios del 2016 con siete títulos originales, la mayoría centrados en el horror, el suspenso y el drama de altos vuelos.
Entre estos sin duda destaca Insexts, y las razones para ello, son muchas. La primera, tiene que ser el hecho de que la dupla que le ha dado vida la conforman dos mujeres para nada improvisadas. Una de ellas es la ex-creativa (también de Marvel) Marguerite Bennett, que fuera responsable de Angela Queen of Hel. La otra es Ariela Kristantina, joven ilustradora conocida por Wolverine's Vol 3: The living and the dead.
Pero Insexts brilla con luz propia gracias a lo que aguarda en el interior de sus páginas: La historia de una pareja de lesbianas que, entre crímenes y fuerzas sobrenaturales, luchan hasta la muerte por reivindicar su papel de ser humano en el Londres más oscuro de finales de la era victoriana.
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La adversión del siglo
Haciendo eco de historias como las narradas por Sarah Waters en la novela Fingersmith (en la que se basó Park Chan Wook para dirigir The Handmaiden) y John Logan en la brillante serie televisiva Penny Dreadful de Showtime, Insexts se centra en ese mítico personaje de fines del siglo XIX que modelara, por mucho, el feminismo moderno.
Se trata de aquel que los medios de la época llamaron "new woman", un ser que además de hembra, era una testaruda cabeza pensante capaz de tomar las riendas de su propia vida. Esta figura, al igual que la representada por Sue y Vanessa en Fingersmith y Penny Dreadful respectivamente, es una mujer condenada por sus propias cualidades, unas que no encajan con el esquema victoriano en tanto que se miden bajo cánones patriarcales.
Esa nueva mujer es interesante más allá de las etiquetas debido a que es una contradicción que, ni con el paso de tiempo, la sociedad consigue comprender del todo.
El horror como catalizador
Y es que ella, la "new woman", es fuerte pero sensible, culta pero intuitiva, sabia pero apasionada y por si esto fuera poco, es un monstruo reaccionario que representa una incómoda y escandalosa excepción para cada regla machista.
Las protagonistas de Insexts, Lady Bertram (una desdeñada inmigrante hindú) y su amante María (la "criada de de cámara"), son eso y más, pues llevan al "demonio" que son por dentro desde las sábanas donde se aman a oscuras, hasta las calles de Whitechappel en las que violadores, traficantes de blancas, asesinos y espectros de todos los niveles se congregan. El miedo pues, como bien lo indica Bennet en la introducción de la serie (el capítulo "Chrysalis"), es apenas el disparador, por no llamarlo pretexto, para hablar sobre los muchos horrores que conllevan ser mujer en este y cualquier otro siglo.