10 peliculas de vampiros que hay que ver

by - febrero 14, 2010

Este articulo contiene spoilers*

1.-The Hunger (El Ansia) 1983.- Deliciosa realización de un joven Tony Scott (True romance, Hombre en llamas). Refinada, cadenciosa, sensual. Un relato de amor vampírico de cajón que los fanáticos del género deberían checar por primera vez sin saber una palabra sobre lo que están a punto de ver. Tony Scott toma el clásico mito del vampiro antiguo y lo reelabora a su gusto y conveniencia. El resultado es poderoso, bien equilibrado y sobre todo contenido en cuando a la parafernalia típica del cine de vampiros se refiere. El final; nostálgico, sangriento e inolvidable. Susan Sarandon desnuda y Madame Catherine Deneuve soberbia y bellísima a los cuarenta exactos. ¿El plus? Peter Murphy alimentando su propia leyenda y David Bowie melancólico y totalmente chupasangre.





2.-Vampyros Lesbos (Idem) 1970.- Rodada en 1970, Vampyros Lesbos se convirtió en pieza clave de la filmografía de un director madrileño de género considerado el más prolífico del siglo XX. Con poco más de doscientos títulos filmados en diez países y un particular gusto por el horror y el sexo, Jess Franco es prácticamente el único director que ha rodado sin parar durante las últimas seis décadas -desde 1959 hasta este mismo 2010, año en que acaba de estrenar Paula-Paula. An audiovisual experience. La historia es simple: Linda; una chica común es atormentada por sueños de sangre donde aparece una espectacular brunette (la bella Soledad Miranda) que despierta en ella una oscura e inusitada sensualidad. Pero cuando Linda descubre a la enigmática mujer de sus sueños haciendo un performance erótico en un club y más tarde asoleándose en una isla remota, sus pesadillas de sangre se vuelven realidad.

3.-The Hamiltons (Los Hamiltons, 2006).-Buena Manufactura, excelente banda sonora e interesante tratamiento vampírico a discreción. Dirigida por Mitchell Altieri y Phil Flores que juntos hacen The Butcher Brothers es la historia de una familia de vampiros que….ya les arruinamos la sorpresa. Ampliamente recomendable



4.-Marebito (Terror Encadenado, 2004).-Antes de que Takashi Shimizu se convirtiera en todo un autor de películas de horror betsellers en el occidente; antes de Ju-On y de imponer la fiebre por las greñudas de miedo junto a su colega Hideo Nakata y la serie Ringu (1998); este directorazo elaboraba un oscuro cuento sobre el miedo, la vulnerabilidad humana y las pasiones devoradoras que salvan de la inmundicia del mundo real.
En una línea completamente opuesta a lo que suele presentar y mediante una impecable técnica; Shimizu arrastra al espectador hasta las profundidades de la obsesiva mente de Masuoka (interpretado por Shinya Tsukamoto, el director de Tetsuo: the iron man) un videoasta que, elaborando un estudio en imágenes del miedo humano; descubre una extraña cuidad primitiva bajo el metro de Tokio. Lo que Masuoka no sabe es que su descubrimiento lo atará sin remedio a una antigua leyenda de locura y muerte.


5.-The Fearless of the vampire killers or: Pardón me, but your teeth are in my neck (La Danza de los vampiros, 1967).- Riquísima parodia del género con un humor telúrico y disparatado. Roman Polasnki se suelta el chongo mostrando sus dotes para la comedia y su habilidad para jineteársela entre la dirección y la actuada. Sharon Tate hermosísima en sus mejores años; poco antes de su trágica muerte en 1969. Memorable la secuencia del vals con el conde sin reflejo en los espejos.

6.-Let the right one in (Déjame entrar, 2008).- Con Låt den rätte komma in el realizador sueco Tomas Alfredson se coronó en Tribeca y luego sin problemas, arrasó en Sitges y en Toronto After Dark. Pero su experiencia viene de veinticinco años atrás en el teatro y la televisión, y sobre todo; del oscuro encanto y la melancolía adusta de su crianza escandinava. Con esto, y la pericia técnica de la que puede presumir, es que revela una historia tan dulce como dolorosa. Un cuento de altos vuelos sobre un amor que ni los lastres más grandes son capaces de anclar. Ya lo dijo mi querido Davo Valdés: “un verdaedero poema”.
7.-Martin (Idem, 1977).- Un joven inadaptado- el Martin del título- pasa con singular alegría, de alienado social a psicópata huidizo, y de ahí a vampiro irracional y descarado. En una especie de revisita a M: El vampiro de Düselldorff de Fritz Lang –nada menos que el clásico basado en la historia real de Peter Kürten, el asesino de niñas que aterrorizó la ciudad de Düsseldorf en los años veinte con una ola de dantescos asesinatos donde Kürten degollaba a sus víctimas y bebía su sangre- George A. Romero ofrece a su manera la perspectiva del vampiro permeado por la urbanidad y las nuevas sociedades. Despreciada por los fans puristas del género que la consideran más una película de psicópatas que de vampiros y elogiada por los más benevolentes que celebran la agudeza de su tratamiento, Martin es sin suda imprescindible.

8.-The Addiction (La adicción, 1995).-En una nueva revisión de la enigmática y desconcertante naturaleza humana, uno de los directores más versátiles del Hollywood underground presenta un film indispensable – y en blanco y negro- que a propósito de la malicia del mundo se toma como pretexto y metáfora muy literal el antiguo mito del vampiro. Densa y sofisticada. Única y violenta. Vampiros como Abel Ferrara sabe hacer.



9.- Le Frisson des Vampires (El amanecer de los vampiros, 1971) .-Un film francés olvidado por muchos y desconocido por más, Le Frisson des vampires mezcla despampanantes lesbianas desnudas que beben sangre, hippies, rituales de iniciación, un director de culto fiel partidario del softporno ( Jean Rollin), una estirada narrativa visual, diálogos azotadísimos, la música psicodélica electrizante de una banda efímera (Acanthus) y un poquitín de humor involuntario. Absoluto e imperdible cóctel molotov.


10.-Near Dark (Cuando cae la obscuridad, 1987).- La contraparte de aquella clásica frezes llamada The lost boys de Joel Schumacher es sin duda Near Dark. La directora Kathryn Bigelow -la misma que trajo la apocalytica Strange Days- se olvida de las estacas y los ataúdes de terciopelo y vuelve al vampiro una suerte de white thrash de la clase más desarraigada y amoral para el que la sed de sangre es arrollada por la decadencia de fin de siglo. Para este retrato recurre a la siempre fascinante road movie, situando a una bandada de criminales chupasangre que viajan sin rumbo por carreteras desérticas; en una cacería eterna y sin descanso.
Por Palomita Rodriguez*
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